El príncipe Carlos y su prometida asisten a un servicio religioso la víspera de San Valentín

Por hola.com

Afrontando una mañana especialmente fría y borrascosa, el príncipe Carlos y Camilla Parker-Bowles, recién comprometidos, asistieron a un oficio religioso junto a otros 34 feligreses en la pequeña iglesia rural de Saint Leonard, muy cercana a la residencia del Príncipe en Highgrove.

El [Príncipe de Gales], con un abrigo marrón, y Camilla, vistiendo un abrigo verde con solapas y puños en un tono más oscuro, un collar de perlas de tres vueltas y broche de brillantes y rubí, y botas de caña alta, se mostraron felices y muy reservados durante su reaparición pública tras la fiesta que celebraron en el Castillo de Windsor con motivo de su compromiso. La pareja no quiso desvelar ningún detalle en torno a su boda ni tampoco a los preparativos especiales que habían planeado para celebrar San Valentín. "Por ahora, no hemos pensado en nada", respondió Camilla, que lucía su anillo de compromiso. "Ahora llega San Valentín", añadió evasivamente el príncipe Carlos.

Regalo de boda
Lo que sí parece que tiene decidido el Heredero al Trono es el regalo de boda para su prometida: un magnífico poney de color negro, que responde al nombre de Rosmarth Rompole y es descendiente de uno de la Reina. Camilla se quedó prendada de él cuando lo vio recientemente apacentando en un campo próximo a la residencia de Birkhall, donde la pareja celebrará su luna de miel, después de su boda, el próximo 8 de abril, en el Castillo de Windsor.

El reverendo Christopher Mullholland aprovechó el servicio religioso para "pedir la felicidad de ambos, un amor que puede ir creciendo cada día y acercarlos a Dios". "En esta congregación estamos muy contentos de que hayan decidido casarse", declaró el pastor, que estuvo conversando con los novios a las puertas del templo.