Hace algunos meses se habló insistentemente sobre su posible retirada del servicio, dado el elevado coste de su mantenimiento. Sin embargo, las últimas noticias aseguran que Isabel II podría seguir contando con su tan querido tren, a bordo del cual ha recorrido repetidas veces las ciudades de su país. Lo que sí parece probable es que, dentro de poco, la Familia Real británica tal vez tenga que compartir esta auténtica joya de la Corona (al menos en lo que a su exclusividad se refiere) con el primer ministro, Tony Blair, y algunos ministros de su Gabinete, en orden a sacarle mayor rendimiento. Una solución que, por supuesto, ha de agradar más a la soberana que tener que despedirse para siempre de su tren, tras haber tenido que renunciar, hace años, al uso y disfrute del yate real Britannia, otro precioso y preciado emblema de la Corona británica. El Tren Real, que está pintado de color burdeos y lleva en el vagón de la Reina el escudo de Isabel II, permite a los miembros de la Familia Real viajar por la noche y mantener reuniones en su interior cuando los trayectos son muy largos. Por otra parte, es un óptimo medio de transporte cuando el mal tiempo desaconseja volar. Cabe señalar, por otra parte, que los viajes de la Familia Real siempre se organizan de manera que no interfieran en los servicios públicos programados (de ahí que, como hemos dicho, muchas veces los viajes se lleven a cabo por la noche).
Cocheras y maquinistas de élite
El tren de la Corona británica tiene cocheras especiales, y antes de iniciar un viaje con algún miembro de la Familia Real, sus vagones son cuidadosamente limpiados hasta casi hacerlos relucir. Por otra parte, sus maquinistas proceden de un grupo de elite que trabaja en la industria ferroviaria. Como dato curioso, destaquemos que, durante el Jubileo Real del pasado año, todos los que trabajaron en él llevando a la Reina por las distintas ciudades del país han recibido como recuerdo una corbata con la inscripción Tren Real, en recuerdo de tan memorable evento.
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