Acaba de cumplir 20 años y ha decidido, al parecer, [regresar a África] durante sus vacaciones para poder asimilar los últimos hechos acaecidos en su vida y en su entorno. A un lugar más allá del gélido mar del Norte, donde a veces practica surf; de la casa de Highgrove, e incluso del [castillo de Balmoral], donde este verano pasará algunos días con su abuela, la Reina, y con su padre y Camila.
"¿Por qué no me dejáis ser una persona normal? Es uno de los jóvenes más ricos de Inglaterra; poco a poco ha ido aceptando que su madre, la [princesa Diana, no volverá a su lado jamás] y, sin embargo, no se siente cómodo en su difícil papel -en 1996, le dijo a su madre, cuando la Casa Real despojó a Diana del título de Alteza Real, que era muy afortunada" y no acepta, por lo más remoto, que le traten como Alteza Real, tal y como es su derecho, desde que cumplió los 18 años, rebelándose contra su destino sin dejar de preguntar: "¿Por qué tengo que estar rodeado de policías todo el tiempo? ¿Por qué no me dejáis ser una persona normal?"
El príncipe no quiere crecer Le acaban de nombrar nueva ayudante personal, Helen Asprey, la aristócrata que responde a las llamadas de teléfono con un: "Oficina del príncipe Guillermo", palacio de St James, y se encarga de la correspondencia (miles de cartas) que le envían sus admiradores... Cuenta con el apoyo de su padre, quien sabe lo que significa tener que empezar a asumir responsabilidades dinásticas cuando se es tan joven y quien está completamente de acuerdo con el hecho de que no se le cargue con excesivos deberes públicos (tal y como tuvo que hacer cuando fue nombrado príncipe de Gales nada más cumplir 21 años) hasta que se acerque a los 30 años y eso, de alguna forma, le hace feliz, porque odia ser el centro de atención.
