Varias Reinas europeas lucieron ayer sus mejores galas en esa cita con el glamour, la originalidad y el color que, por estas fechas, se celebra tradicionalmente en Ascot. Las populares carreras reunieron, en esta ocasión, el mayor número de monarcas extranjeros, desde el Jubileo de Plata de la Reina.
Brillante inauguración de las carreras Todas las monarquías europeas viajaron, en estos días, a Inglaterra para acompañar a la reina Isabel II en las solemnes celebraciones que por su Jubileo de Oro había organizado para las distintas Casas Reales: la [ancestral ceremonia de la orden de la Jarretera], en la que participó el rey don Juan Carlos, y la [cena de gala], que tuvo lugar en el castillo de Windsor.
Y es por ello que muchos de los soberanos, aprovechando que se encontraban en el país anglosajón, no pudieron resistirse a los encantos de Ascot y decidieron unirse a la inauguración del popular acontecimiento, sede de la elegancia, de la moda y de la alta sociedad inglesa.
La reina Isabel, vestida con una discreto traje de seda de color marrón claro, estuvo conversando durante largo rato con su nieta Zara Phillips, que [lució un elegante sombrero con dos largas plumas] y acaparó las miradas de cuantos estaban presentes; con el novio de ésta, el jinete Richard Johnson, y con el Embajador de Estados Unidos, un fanático de este deporte y entrenador de varios de los caballos de la Reina en sus cuadras del Kentucky.
La elegancia de las Reinas, en Ascot Pero, en esta ocasión, los asistentes reales también tenían pasaporte internacional. Junto a Isabel II se encontraban otras cuatro Reinas: Margarita de Dinamarca, que lució un conjunto de color rosa y naranja; Silvia de Suecia, que optó por un luminoso traje de color rosa fucsia, y Beatriz de Holanda y Sonia de Noruega, que se decantaron por el clásico blanco y negro. Aunque la reina Sonia dio un toque divertido a su conjunto con unas gafas de sol y un pañuelo azul.
Durante la tradicional procesión que inaugura las carreras, los anfitriones, la [reina Isabel II] y el Duque de Edimburgo, compartieron el primer carruaje con el rey Harald de Noruega, que había participado el día anterior en una ceremonia ancestral en Inglaterra como Caballero de la orden de la Jarretera, y el Rey Carlos XVI Gustavo de Suecia. Otros visitantes reales fueron acompañados en los siguientes carruajes por el Príncipe de Gales, el Duque de York, los condes de Wessex, la Princesa Real Ana y su hijo Peter Phillips.
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