La reina Isabel II de Inglaterra celebró ayer su 76º cumpleaños en la más estricta intimidad, presa del dolor y terriblemente sola, después de vivir uno de los momentos más tristes de su vida ya que, en menos de dos meses, ha perdido a su madre, la reina Elisabeth, de 101 años, y a su hermana, la princesa Margarita, de 71.
Fue éste un cumpleaños con sabor agridulce. Y es que deberá pasar algún tiempo todavía antes de que la soberana y el resto de los miembros de la [Familia Real inglesa] se recuperen de este trance. "Debido a los recientes sucesos, todos los preparativos han sido muy tristes", confirmaron al respecto fuentes del Buckingham.
Al mediodía, no obstante, Isabel II abandonó sus aposentos y cumplió sus compromisos oficiales con la entereza y autoridad que se exige a una Reina y asistió, como cada año, sonriente y relajada, a un desfile de jóvenes scouts en el castillo de Windsor.
No ha sido éste, de todas formas, el primer acto público al que la reina Isabel acude, tras la pérdida de su madre y su hermana. Hace unos días, la soberana inglesa visitó la Escuela Real de Windsor -los alumnos le entregaron un ramo de freesias- y [organizó una recepción histórica, con motivo de su 50º aniversario como Reina], a la que asistieron 15 gobernadores generales procedentes de los territorios donde ella es Jefe de Estado.
Un desfile de 550 scouts Acompañada, en esta ocasión, por su marido, el Duque de Edimburgo, y bajo la atenta mirada de miles de curiosos y turistas, la soberana presenció el desfile de 550 scouts, que habían sido premiados por diferentes logros personales.
El momento más emotivo del acto se produjo cuando la banda de los Guardias Irlandeses entonó Feliz Cumpleaños,toda una sorpresa para la Reina, ya que la canción no estaba prevista en el programa, a la que la multitud no dudó en responder con un gran aplauso.
Las salvas de cañón, que se disparan tradicionalmente por el cumpleaños de la Soberana, tendrán lugar hoy en Londres, Belfast, Cardiff y Edimburgo (Escocia).
