Isabel II de Inglaterra ha roto moldes. La Reina celebró ayer, de forma inusual a como solía hacerlo en años anteriores, su 50 aniversario en el trono.
Mucho más comunicativa y cercana a los ciudadanos, [Isabel II de Inglaterra] que, cada 6 de febrero hasta ayer, siempre había permanecido confinada en el castillo de Windsor, se dejó ver en un acto público.
Abandonó por primera vez el luto -adoptado por ella tradicionalmente en esta emotiva fecha en señal de respetuoso homenaje a la muerte de su padre, Jorge VI- y vestida con un traje de color verde -llamativo y alegre- inauguró un centro de lucha contra el cáncer. Enfermedad de la que su padre, un fumador empedernido, falleció el 6 de febrero de 1952. Con esta visita, la Reina suavizaba además la fría imagen que los ingleses tienen de ella.
También, la Reina rectificó el modo en que solía dirigirse a sus conciudadanos y, en lugar de emplear como plataforma la cadena de televisión BBC o el balcón del palacio, se apuntó a las nuevas tecnologías. Difundió, a través de Internet, su mensaje de agradecimiento al pueblo inglés. "Este aniversario es para nosotros una ocasión de reconocer con gratitud la lealtad y apoyo que hemos recibido de tanta gente desde que llegué al trono en 1952. Espero también que este tiempo de celebraciones -[los grandes festejos darán comienzo el próximo 29 de abril]- en el Reino Unido, y a lo largo y ancho de la Commonwealth no sea sólo una oportunidad para ser nostálgico con el pasado".
Salvas de cañonazos se dispararon, en diversos puntos del país, en honor a la Reina, que a lo largo del año realizará una gran gira por Jamaica, Nueva Zelanda y Australia, entre otros países.
Por otro parte, la [Reina Madre] que, últimamente se encuentra delicada de salud, no pudo visitar, como a ella le hubiera gustado, la tumba de su esposo.
