Máxima de Holanda en busca del pintalabios perdido

La Reina logró rescatar su preciado 'gloss', que se le cayó al salir del coche cuando se dirigía a la inauguración de una nueva fábrica en Beemster

Por hola.com

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Máxima de Holanda perdió su brillo. No su carisma (eso nunca), el otro: el de los labios. La reina Máxima no abandonó su preciado gloss a su suerte, ni delegó a sus asistentes la misión pese a las prisas derivadas de una apretadísima agenda oficial. Antes de eso, hizo un alto en el camino y dedicó unos instantes a buscar el pintalabios perdido, que se le cayó al salir del coche cuando se dirigía a la inauguración de una nueva fábrica en Beemster. Se agachó, tanteó el suelo adoquinado del municipio holandés y finalmente logró rescatar el labial. Y puede que, con él, también el arma secreta de la sonrisa de Holanda.

Con el brillo de labios a buen recaudo en su bolso, prosiguió con naturalidad con los saludos protocolarios. Inauguraba la nueva fábrica de quesos de la empresa CONO en Westbeemster. Una quesería en la que se hará uso de las últimas tecnologías en la producción de lácteos respetando además el medio ambiente. La fábrica está situada en el pólder de Beemster, lugar que se encuentra en la lista de la Unesco de monumentos patrimonio de la humanidad. El nuevo edificio imita de forma innovadora las construcciones típicas de la zona.

La Reina holandesa, que vistió para la ocasión un conjunto formado por un cuerpo de color arena a tono con su sombrero pill-box y por una falda lápiz de color teja como el resto de complementos, no solo pudo saborear el exquisito queso de Beemster, sino que además quiso cortar uno de los quesos con uno de los típicos cuchillos para tal menester. Apostamos que después, en un momento de soledad, se retocaría los labios para lucir como siempre: Máxima... de Holanda.

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