Guillermo y Máxima de Holanda 'reinan' en el Día del Príncipe

Los Países Bajos volvieron a mostrar su afecto a los Orange en la apertura del Parlamento

Por hola.com

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Hoy, como todos los terceros martes de septiembre desde 1815, se ha celebrado en La Haya el Día del Príncipe (Prinsjesdag en neerlandés), fecha que señala en los Países Bajos la apertura ceremonial del curso parlamentario y en la que el Ministro de Economía de turno presenta formalmente los presupuestos del Estado para el año próximo. La Reina por su parte se dirige  a los representantes del Senado y Congreso holandeses en el Troonrede o discurso del trono, cuya ceremoniosa lectura se realiza en la Sala de Armas situada en la plaza Binnenhof de la capital de los Países Bajos.

Este día sirve también para que los ciudadanos holandeses muestren su afecto y cariño por los Orange ya sea aplaudiendo y vitoreando a la Reina en su trayecto al Parlamento montada en la Carroza de Oro (Gouden Koets), un regalo de la ciudad de Ámsterdam a la reina Guillermina en su coronación, o bien al término de las celebraciones, cuando la Familia Real sale a saludar a los ciudadanos desde el balcón del Palacio Noordeinde. La Policía de La Haya estima que, pese al mal tiempo de ayer, más de 40.000 ciudadanos entusiastas se congregaron en las calles de La Haya para saludar a los Orange.

 

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La anécdota del año ha sido un pequeño cambio en la tradicional ruta que los carruajes recorren camino de la Sala de Caballería debido a las obras de acondicionamiento que se están desarroolando actualmente en el Museo Mauritshuis de La Haya. Además la celebración del Día del Príncipe se produce este año a menos de una semana de las elecciones al parlamento holandesas, por lo que los miembros del Gobierno y otras autoridades lo son tan sólo en funciones hasta que el nuevo gabinete sea nombrado.

La reina Beatriz abandonó el Palacio de Noordeinde a la una de la tarde en punto, tal y como rige la tradición, camino de la Sala de Armas, acompañada de los príncipes herederos Guillermo y Máxima, y precedida del séquito, compuesto por el príncipe Constantino y la princesa Laurentien y la princesa Margarita junto a su marido, Peter van Vollenhoven. Además de los miembros de la Casa Real la comitiva también estuvo formada por diversos cuerpos militares como la Guardia Real, los Granaderos, o la Caballería Real. Durante el trayecto se dispararon cada minuto salvas para informar a los ciudadanos de que la Reina estaba de camino de la plaza Binnenhof. Cuando finalmente llegó, una fanfarria interpretó el Wilhelmus, himno nacional de los Países Bajos. La Reina y los demás miembros de la Casa Real descendieron de los carruajes y se dirigieron a la escalinata de entrada, lugar en el que se rindió homenaje a la bandera nacional.

La Reina ha realizado en su discurso un llamamiento al esfuerzo y a la solidaridad en estos tiempos de crisis económica en el continente europeo. "La crisis financiera que que afecta a escala internacional también ha golpeado fuertemente en nuestro país", según la Soberana holandesa que ha subrayado que las medidas para salir de la crisis "no se pueden retrasar". Además la Reina ha recurrido al pasado para argumentar la fortaleza del pueblo holandés. "Las generaciones que nos precedieron demostraron que pese a vivir igualmente en tiempos turbulentos llegaron a acuerdos para superar los problemas", afirmó la Soberana.

Tras el discurso la comitiva volvió al Palacio Noordeinde. Tras un breve desfile militar la Familia Real salió como es tradición al balcón del Palacio para saludar a los ciudadanos que los esperaban con aplausos y vítores. Acto seguido el Primer Ministro saliente, Mark Rutte, ofreció un almuerzo en su domicilio, la Cathuis, para los miembros del Gobierno y otras altas autoridades.

 

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