Guillermo y Máxima de Holanda ya tienen casa en Argentina, la tierra natal de la Princesa. Una residencia, tal vez auto-regalo por su séptimo aniversario de boda, cumplido el pasado 2 de febrero, que fueron a conocer durante su viaje oficial por Sudamérica. Según el periódico argentino Río Negro, la familia de la Heredera ha comprado a 110 kilómetros de Bariloche, en la Patagonia argentina, dicha mansión. Adquisición en la que han participado los Príncipes de Orange. Fue Martín Zorreguieta, hermano de la Heredera, quien, al parecer, se encargó de la compra de la propiedad. Él conoce muy bien la zona, ya que es propietario de varios restaurantes cercanos y director de una empresa de organización de eventos.
La nueva finca real, conocida como Pilpilcura, sirvió de granja y ha sido utilizada en los últimos años como hotel. La residencia tiene vistas a las montañas y al río Pichi Leufu, donde se puede practicar la pesca, y dispone de seis habitaciones, un gran salón y, según la agencia holandesa ANP y el diario NRC Handelsblad, hasta de una pista para helicópteros. Cuenta con un total de 1.500 hectáreas y su precio asciende a unos dos millones y medio de euros. La Casa Real se ha apresurado a aclarar, ante la indignación de un sector de los ciudadanos holandeses por el elevado importe del rancho, que la estancia es una inversión privada de la pareja y que no se trata de una segunda residencia vacacional. Ya se sabe que los Herederos han iniciado los trámites para construir una casa en la península de Machangulo, en Mozambique, que servirá como residencia estival. De cualquier forma, lo que sí será es el refugio familiar ideal para que las tres hijas de los futuros Reyes de Holanda, las princesas Amalia, Alexia y Ariane, disfruten durante largas temporadas del país que vio nacer a su madre. Y canten eso de Argentina, qué hermosa eres.
