Bautizo real de la princesa Arianne de Holanda

La ceremonia, celebrada en La Haya, congregó a casi mil invitados, entre los que se encontraban los padres de la Princesa de Orange

Por hola.com

Ataviada con el mismo faldón de color beige con el que fue bautizado su propio padre, el príncipe [Guillermo de Holanda], en 1967, la princesa Arianne hizo aparición en la iglesia de Kloosterkerk, La Haya, en brazos de su tía y madrina, Inés Zorreguieta. Junto a la pila bautismal la esperaban, emocionados, los padres de la pequeña, los Príncipes de Orange, y sus dos hermanas, Amalia y Alexia, ambas con un vestido rosa de manga corta.

Fue precisamente Amalia, primogénita de los Príncipes y quien comenzará este año al colegio, la encargada de ayudar al pastor que ofició la ceremonia, Deodaat van der Boon, a verter agua del río Jordán en la pila bautismal. La pequeña rompió a llorar nada más sentir el agua en su cabecita, a lo que su madre, Máxima, respondió con gesto de aflicción y su padre con una pequeña sonrisa. Sus hermanas, mientras tanto, de puntillas frente a la pila para no perderse ni un solo detalle, observaban la escena con extrema atención.


El papel de la hermana de Máxima, Inés, como madrina se vio reforzado gracias a Valeria DelGer, quien también actuó como tal y es gran amiga de la Princesa de Orange. No faltaron a la ceremonia bautismal de su nieta los padres de Máxima, los argentinos Jorge y Carmen Zorreguieta.

Máxima, de gris perla
La princesa Máxima lucía un bonito traje de seda gris perla con abotonadura militar y un original tocado redondo de la misma tela y color. La Princesa de Orange completó el conjunto con unos zapatos grises de alto tacón y algo de plataforma. Asimismo, un broque que adornaba su chaqueta sirvió de juguete improvisado para la princesa Arianne, quien lo estuvo toqueteando toda la ceremonia.

Con ocasión del bautizo de su hija pequeña, nacida el pasado 10 de abril, la princesa Máxima ha recurrido nuevamente a una de las creaciones del sombrerera belga Fabienne Delvigne, quien ya ha puesto su creatividad e ingenio al servicio de la Princesa en numerosas ocasiones.

Una madrina de círculos de colores
Inés Zorreguieta, por su parte, lució un tapado de shantung natural con bordado de hilos de colores en círculos y espejos con corte imperio y vestido de crepe de seda verde. Valeria DelGer se decantó por un tapado de brocato a rayas en tonos verdes, camisa y vestido de organza violeta con importante cuello y mangas. Los padrinos fueron tres. En este caso, Guillermo de Luxemburgo, Tijo Baron Collot d´Escury -amigo de Guillermo y testigo en la boda religiosa- y Anton Friling, amigo de la pareja -uno de sus hijos fue paje de boda en el enlace de Máxima y Guillermo-.