La princesa Máxima, radiante en La Haya

Por hola.com

El príncipe Guillermo y la princesa Máxima fueron los invitados de honor de la cena de gala que se celebró, el pasado lunes, en la embajada australiana de La Haya con motivo del cuarto centenario de relaciones bilaterales entre Holanda y Australia. El acto conmemorativo central de un sinfín de actividades preparadas para celebrar los cuatro siglos de amistad entre ambos países.

El reposo de la Reina
Junto a los Príncipes, se dieron cita en esta gran celebración la príncesa Margarita -hermana de la reina Beatriz- y su esposo, Pieter van Vollenhoven; el Primer Ministro de Holanda, que pronunció un discurso durante la velada; el ministro de Asuntos Exteriores de Australia, el nadador australiano Dawn Fraser y el entrenador de la selección australiana de fútbol, Guus Hiddink, entre otros.

La Reina, que cumplía al día siguiente 68 años, no asistió, ni tampoco comparecerá en ningún acto oficial durante las próximas semanas. Se reservó, entonces, para festejar su aniversario en la intimidad de su palacio de Huis Ten Boch, con una sencilla reunión familiar, exenta de grandes faustos, y aún se tomará un tiempo más de descanso, antes de realizar en marzo una visita oficial muy sentida a Argentina. El país natal de su nuera la princesa Máxima, que dio anteayer, en su ausencia, la mejor de las imágenes del reino. Máxima de Holanda, radiante con un sofisticado vestido negro de tirantes y luciendo como adornos unos fabulosos pendientes y un collar de perlas de varias vueltas con un gran broche de brillantes, volvió a cautivar por su simpatía y elegancia.

Cuatro siglos atrás
Las relaciones entre Holanda y Australia se remontan a 1606, cuando el capitán Janszoon llegó a Australia con su nave Duyfken. Janszoon y el comandante Jan Lodewijckszoon, de Rosengeyn, recibieron en 1605 el encargo de "descubrir el continente de Nueva Guinea y otros países del sureste". El Duyfken navegó, sin saberlo, más de 200 millas por la costa norte australiana. Willem Janszoon siguió hacia el sur, pensando que se encontraría con Nueva Guinea. El primer contacto con los nativos australianos no fue nada amistoso. Fueron atacados y falleció prácticamente la mitad de la tripulación. Por este motivo y la falta de agua potable y provisiones, se interrumpió la expedición. Pero la historia se había escrito. Janszoon y Lodewijkszoon fueron, sin ser del todo conscientes -pensaban que habían dado con una isla y no con el cabo de un continente-, los primeros descubridores holandeses del continente australiano.