Aunque haber tenido un mal embarazo no implica necesariamente que en el segundo surjan problemas de nuevo, en el caso de la princesa Máxima parece repetirse algunos de los síntomas surgidos durante la primera gestación. Síntomas de hipertensión, que la obligaron a guardar absoluto reposo desde el sexto mes. Las molestias comenzaron a agravarse, al parecer, cuando el pasado 10 de marzo -en sus últimas apariciones públicas, así como en su viaje a África en febrero mostró signos de cansancio- la Princesa asistía a un acto en un colegio en Haarlem, Ámsterdam. Aunque la futura Reina de Holanda aguantó hasta el último momento, a nadie de los presentes pasó inadvertido que se llevaba la mano a la tripa constantemente con gesto de dolor, así como la pérdida de color de su cara.
Próximos compromisos Tampoco que, al día siguiente, ésta suspendiera inesperadamente su visita a un congreso sobre microcrédito, porque "no se encontraba bien". La princesa [Máxima de Holanda], que está en su sexto mes de embarazo, ha tenido, según fuentes del RVD (Gobierno holandés) que recortar sus actividades laborales porque se siente mal, aunque no hay motivos para inquietarse, según ha informado el portavoz de la Casa Real.
Próxima actividad oficial a finales de abril En calidad de representante de la asociación de participación social de mujeres de minorías étnicas de la que es miembro, [Máxima] no tiene adquirido ningún compromiso en los próximos días, apareciendo la fecha del 26 de abril como la próxima actividad oficial a la que tiene previsto asistir junto a su esposo, el Príncipe de Orange: la inauguración de una exposición en un renovado Pabellón de los Países Bajos en Auschwitz.
En los medios de comunicación holandeses, además del trabajo, también echan la culpa del estado de Máxima a la separación de su hermano Martín. Casado con Mariana desde hace algunos años, el empresario parece haberse encaprichado de una de las camareras que trabaja en su restaurante: Bistro.
