La Familia Real de Holanda se vuelca en la hora de la despedida

Por hola.com

El cuerpo de Su Alteza Real la princesa Juliana de Holanda, la última Reina Madre de Europa, descansa ya en el mausoleo familiar de los Orange en la iglesia Nieuwe Kerk de Delft. Desde las 9:00 de la mañana hasta las 12:15, atravesó por última vez los campos de Holanda. Ante la presencia de miles de conciudadanos, que salieron de sus casas para despedirse por última vez de la Princesa, sus restos fueron trasladados, en un solemne desfile fúnebre, desde el palacio Noordeinde, de La Haya, hasta Delft, donde tuvieron lugar su funeral y sepultura en la Cripta Real.

La ruta del cortejo, escoltado por más de 9.000 miembros de las Fuerzas Armadas reales -la mitad pertenecientes al Real Ejército de Tierra holandés; 2.250, a la Armada Real holandesa, y los 2.250 restantes, al Real Ejército del Aire holandés-, estuvo dividida en dos partes. La primera comprendía el recorrido desde el palacio de Noordeinde, donde estaba instalada la capilla ardiente, a la Academia Holandesa de Defensa de Delft. La segunda, desde de la Academia Holandesa de Defensa hacia la iglesia Nieuwe Kerk. Los cuatro nietos mayores de la princesa Juliana -el príncipe Guillermo, hijo mayor de la reina Beatriz; el príncipe Carlos de Borbón- Parma, hijo mayor de la princesa Irene; el príncipe Mauricio, hijo mayor de la princesa Margarita, y Bernardo Guillermo, hijo mayor de la princesa Christina-, acompañaron sus restos durante todo el trayecto, en una berlina de gala con las ventanas de cristal.

Los últimos deseos de la Princesa
Sus cuatro hijas, la reina Beatriz y las princesa Irene, Margriet y Christina, vestidas casi completamente de blanco -cumpliendo una de las últimas voluntades de Juliana de los Países Bajos-, partieron desde la Academia Holandesa de Defensa, donde ocuparon sus lugares en las berlinas de gala para incorporarse a la procesión. El príncipe Bernardo, esposo de la princesa Juliana, esperó la llegada del féretro en la iglesia en Delft; así como los miembros restantes de la [Familia Real holandesa], quienes, a petición de la princesa Juliana, que quería un funeral blanco como los de sus padres, iban de luto con pequeños elementos blancos. La princesa Máxima llevaba cuello y puños blancos, así como una gran flor en el sombrero; la princesa Laurentien, esposa del príncipe Constantino -tercer hijo de la reina Beatriz-, la chaqueta y el sombrero, y Mabel Wisse, prometida del príncipe Friso, el sombrero.