Aparentemente tranquilo y relajado, sonriendo a los reporteros que acechaban la puerta principal del Centro espacial Estec de Noordwijk, el príncipe Friso de Holanda asistió el pasado lunes a su primer acto público. Era ésta su primera comparecencia oficial desde que estallara en los Países Bajos el escándalo por la íntima relación que mantuvo en el pasado su prometida, Mabel Wisse, con el narcotraficante Bruinsma, conocido como el padrino del crimen holandés.
El acto en cuestión que presidía el Príncipe se trataba de la inauguración del tercer encuentro PoS, una reunión de profesores de Ciencias Naturales procedentes de todo el mundo. Un encuentro entre hombres de ciencias en el que, sin duda, el príncipe Friso se sentía como pez en el agua, pues estudió, entre otras materias, aeronáutica y tecnología espacial en Delft, y apenas necesitaba explicaciones. A ojos de los periodistas, la excusa perfecta para hacerle la Pregunta (en mayúsculas): "¿Sigue en pie su boda con Mabel Wisse?". No contestó, pese a su aparente buen talante. Calló educadamente unos instantes y, a continuación, declaró tajantemente: "Todo bien, gracias".
"Pregúnteselo a Charly da Silva" Era normal. A la difícil situación personal que atraviesa el príncipe Friso se unía su antipatía por las apariciones públicas. De hecho, éstas siempre han sido escasas. No en vano, el segundo hijo de la reina Beatriz de Holanda traslada frecuentemente a sus dos hermanos, los príncipes Guillermo y Constantino, los principales compromisos propios de su condición, el core business de la Casa Real, tal y como se refería su padre, el príncipe Claus, a los actos de inauguración en los que debía cortar alguna cinta.
Sin embargo, en esta ocasión, quizá la última aparición del príncipe Friso como miembro de la [Familia Real holandesa] si finalmente da el "sí, quiero" a Mabel Wisse el próximo 24 de abril -en tal caso perderá automáticamente su condición de miembro real así como sus derechos en la línea de sucesión al trono-, parecía totalmente relajado. No obstante, poco antes de salir, el Príncipe abandonó momentáneamente su papel. Y, con una amplia sonrisa, respondió a los reporteros cuando le preguntaron si había sacado buenas notas en Ciencias Naturales en su época de estudiante: "Pregúnteselo a Charlie da Silva" (aludiendo al chófer que hizo pública la relación entre Mabel Wisse y Bruinsma).
