Los ciudadanos holandeses no salen de su asombro. La princesa Máxima no sólo ha inundado el reino con su presencia y su nombre (el mejor reclamo publicitario en toda la historia de los Países Bajos) sino que, al anunciar que estaba esperando su primer hijo ha conseguido, sin proponérselo, desatar la fiebre por el diseño de la ropa premamá.
Nunca antes se habían preocupado las firmas de moda por crear un estilo paralelo a la pasarela para embarazadas y nunca antes (aunque en los últimos años la ropa pre-mamá ha ganado muchos puntos) se había organizado un concurso... Claro que, desde que las empresas supieron que la Princesa se había dirigido a su círculo de familia y amigos ("nada de tiendas de indio, por favor", escribió Máxima) animándoles, en lo que podría verse como una llamada de socorro, a que le proporcionaran todas las direcciones secretas para mamás en estado de gestación, éstas se han propuesto estar a la altura de las circunstancias. Al menos, en lo que a Holanda se refiere.
La princesa Máxima no debe sentirse como un patito feo
"Gracias a Dios ya no hace falta que parezcas una gallina clueca" afirma Ninotschka, periodista de la revista Padres de Hoy. "La moda premamá sigue el mismo patrón de la moda normal, así que en lo que se refiere a colores, tejidos y estilo, se puede ir perfectamente a la última. Para el próximo otoño, por ejemplo, los trajes de lana fina largos estarán entre las prendas más codiciadas por las futuras mamás".
Ineke Grannboom, propietaria de la tienda de ropa premamá más importante de los Países Bajos (entre sus clientas personalidades del gobierno, sobrinas de la Reina, estrellas de la televisión, etc, etc) con firmas como Caché, Caché y Frágile (belga), Sara (italiana) Carla C (holandesa) y Queen Mum a disposición de las "futuras mamás", añade: ... "Ni la princesa Máxima ni ninguna mujer embarazada debe sentirse ya como un patito feo. No hay ninguna necesidad de ocultar el estado de gestación con amplias ropas o tiendas (así describe Máxima a las prendas para madres en estado de buena esperanza). Además, una embarazada no tiene que renunciar a seguir llevando el mismo estilo de ropa al que está acostumbrada. La única diferencia es que el tejido debe adaptarse al cuerpo, porque en esos momentos, la comodidad es lo esencial".