La muerte del príncipe Claus ha sido, sin duda, un duro golpe para Holanda. Los ciudadanos holandeses, consternados por la pérdida, salieron de sus casas para mostrar su cariño y su respeto a aquel gran hombre que, por su ingenio, su simpatía, su sencillez y su siempre discreto papel como Príncipe consorte, al lado de la Reina, había conquistado sus corazones. Miles de firmas y dedicatorias fueron escritas para la historia en los libros de las condolencias dispuestos en cada Ayuntamiento del país, en cada edificio provincial del Gobierno y en todas las embajadas holandesas del extranjero. Y, ahora, cuando no ha transcurrido ni un mes de su muerte y parece el dolor va remitiendo, la reina Beatriz, que lloró sin consuelo su ausencia -y aún lo hace-, agradece públicamente el apoyo que sus conciudadanos han prestado a la Familia en estos difíciles momentos, a través de una carta que también han firmado sus hijos y sus nueras.
Nos ha conmovido profundamente
"Como familia queremos dar las gracias sinceramente a todos los que han expresado su pésame y compasión por el fallecimiento del príncipe Claus. De maneras muy distintas, los habéis expresado vuestra aflicción por la partida del Príncipe: con flores, palabras, una despedida silente o la firma de los libros de condolencia, que fueron instalados en diversos sitios de nuestro país. La consideración y el afecto hacia el príncipe Claus nos ha conmovido profundamente. Todos los gestos son un gran apoyo para nosotros y los agradecemos intensamente."
La pérdida del príncipe Claus conmocionó a Holanda: La [Familia Real holandesa] recibió el pésame de miles de personas por correo; 37.000 ciudadanos firmaron en los libros oficiales de condolencia (por internet) y 90.000 dieron su último adiós al Príncipe en palacio... Pero sobre todo a los suyos, a su familia, que no retomará sus obligaciones publicas hasta mediados de noviembre.