Como muestra de los estrechos lazos de amistad que unen a la Familia Real holandesa con el resto de las Casas Reales, Reyes y príncipes de todo el mundo viajaron hasta Delft, ciudad de entierros reales, para asistir a la misa por el descanso eterno del príncipe Claus de Holanda: los Reyes de España, don Juan Carlos I y doña Sofía, con su hijo, el príncipe Felipe; los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, que llevaba un sencillo tocado negro y un elegante de collar de perlas; la reina Margarita de Dinamarca, acompañada de su marido, el príncipe Enrique; los reyes Alberto II y Paola de los belgas; el [Príncipe de Gales]; los Grandes Duques de Luxemburgo, Enrique y María Teresa, y los Grandes Duques, Juan y Josefina; el príncipe [Haakon de Noruega] con su esposa, la princesa Mette-Marit; el príncipe Alois de Liechtenstein; los reyes Constantino y Ana María de Grecia; el príncipe Kardam y su esposa, la princesa Miriam, de Bulgaria; el príncipe Hassan bin Tallal y la princesa Sarvath El Hassan de Jordania, y el príncipe Akshino de Japón con su esposa, la princesa Kiko, entre otros, quisieron compartir estos tristes momentos con la Familia Real.
Los representantes reales, que llegaron a la catedral de Delft sobre las 12 del mediodía -media hora antes de que diera comienzo la ceremonia-, tenían reservado un lugar privilegiado para presenciar el funeral del príncipe Claus.
Una vez concluida la misa, las Familias Reales se trasladaron al palacio de Noordeinde, donde tuvo lugar un almuerzo con la reina Beatriz, sus hijos -príncipe Guillermo, príncipe Friso y príncipe Constantino- y sus dos nueras -Máxima y Laurentien-, a quienes consolaron y dieron sus más sentido pésame.
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