Los Reyes y los Príncipes ofrecen un almuerzo al Presidente y a la Primera Dama de México en la Zarzuela

La visita de Estado a España de Enrique Peña y Angélica Rivera será la última bajo el reinado de Juan Carlos I

Por hola.com

 

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La agenda oficial de la Familia Real está cargada de actos llenos de simbolismo en estas últimas semanas antes de la abdicación del Rey. Don Juan Carlos y doña Sofía han recibido con honores esta mañana en el Palacio Real de El Pardo al Presidente de México, Enrique Peña Nieto, y su esposa, Angélica Rivera, que inician una visita de Estado de dos días a España, la última bajo el reinado de Juan Carlos I.

 

 

Los invitados de los todavía Reyes de España han llegado en un Rolls-Royce de Patrimonio al Palacio de El Pardo, donde se alojarán durante su estancia en Madrid. A las puertas de palacio les esperaban los soberanos, así como otras autoridades, entre ellas el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el del Senado, Pío García Escudero; el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo; la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes. La banda de música de la Guardia Real ha comenzado la ceremonia oficial de bienvenida con el himno de México y, a continuación, el himno de España, mientras se disparaban salvas de honor.

 

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Anfitriones e invitados han saludado a las autoridades presentes y a continuación han presenciado desde la tribuna el desfile de una compañía de honores de la Guardia Real. Concluido el desfile, en el que han participado diversos escuadrones de la Guardia Real, los Reyes y el Presidente y la Primera Dama de México han permanecido unos minutos charlando con Rajoy y García-Escudero. Tras despedirse, los cuatro se han dirigido al interior del Palacio de El Pardo y el Monarca ha impuesto al Presidente mexicano el Collar de la Orden de Isabel la Católica, la segunda distinción en importancia que concede el Gobierno español, y a la Primera Dama mexicana, la Gran Cruz de la misma orden.

La elegancia de las damas ha sido una de las notas destacadas de esta visita de Estado en la que don Juan Carlos ejerce por última vez como anfitrión de un mandatario extranjero: la Reina ha vestido un traje de tweed en el color de moda y la Primera Dama de México, Angélica Rivera, ha lucido para la ocasión un vestido azul con adornos de encaje beis. Se esperaba con especial interés su encuentro con la próxima Reina de España, que no ha decepcionado con un conjunto blanco de Varela en el posterior almuerzo. 

 

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Los soberanos han ofrecido una comida en el Palacio de La Zarzuela, a la que se han sumado los Príncipes de Asturias. El Rey, la Reina y los Príncipes han recibido a sus invitados ante la escalinata principal del Palacio, bajo los incesantes disparos de las cámaras de los numerosos fotógrafos que se afanaban en captar la llegada del Presidente y la Primera Dama de México, y que no han parado de hacer fotos durante los minutos que ha durado la espera. Apoyado en su bastón y mirando a los periodistas con una sonrisa, don Juan Carlos se ha permitido bromear con ellos: "Se os acaba el carrete", les ha dicho, para después comentar, divertido, "luego harán Photoshop". No han faltado hoy tampoco ni el buen humor del Rey ni las expresiones de cariño de los próximos Reyes de España, que aderezan todos sus últimos actos oficiales con palabras susurradas al oído, miradas de complicidad, manos entrelazadas... mil y un gestos. Por la noche, seguro volveremos a ser testigos unos y otros en la cena de gala en el Palacio Real de Madrid, en la que se desplegará todo el utillaje regio por última vez antes de la abdicación y de la proclamación del nuevo rey Felipe VI.

Es la primera visita de Estado que recibe España tras un parón de más de tres años, motivado tanto por las sucesivas operaciones a las que se ha sometido el Rey como por la coyuntura económica del país, que no era la mejor para la celebración de actos con pompa al mismo tiempo que se pedían duros sacrificios a los ciudadanos. Las visitas de Estado son aquellas que realizan mandatarios extranjeros tras recibir una invitación de los Reyes y se caracterizan por tener una agenda más protocolaria y larga que los viajes oficiales y de trabajo. Requieren por tanto una presencia activa de los anfitriones, que reciben, despiden, almuerzan y cenan con sus huéspedes en varias ocasiones durante su estancia.

 

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