La infanta Elena, como antigua profe de guardería, se encuentra a sus anchas tras los muros de un colegio. Y es que la vocación, como los dones, nunca se pierde y, en este sentido, tampoco el amor por los niños y por la enseñanza ha abandonado jamás a la Duquesa de Lugo que protagonizó ayer una feliz vuelta al cole durante su visita al centro escolar Tres Olivos, en el que cursan estudios alumnos sordos y oyentes en un entorno normalizado de enseñanza.
La Infanta, que se mostró muy cariñosa con todos los alumnos con los que se encontraba a su paso, tanto los preescolares que son su debilidad como los estudiantes de los últimos cursos, recorrió acompañada por la secretaria de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades, Montserrat Gomendio, el edificio principal, las aulas de logopedia de alumnos de segundo y primer ciclo de Educación Infantil y el aula de asesoramiento a familiares y, en el edificio de Formación Profesional y Bachillerato, presenció unas prácticas de laboratorio de alumnos del grado medio de Formación Profesional de farmacia y parafarmacia y una actuación musical de percusión, interpretada por 100 alumnos, sordos y oyentes, de secundaria.
Este colegio concertado se abrió en el curso 2001-2002 con unos 300 alumnos, y en la actualidad están escolarizados cerca de 1000 alumnos, de 0 a 18 años, de los cuales el 10 por ciento son discapacitados auditivos. El pilar fundamental del ideario del centro es la inclusión de discapacitados auditivos, y en este entorno se desarrollan los alumnos en un ambiente de respeto y colaboración. Toda la comunidad es sensible a la eliminación de las posibles barreras de comunicación y ha encontrado en la Infanta gran apoyo en su misión. Una foto de familia del alumnado y profesorado junto a la Duquesa de Lugo puso el punto y final a su visita al colegio y a su viaje particular por los recuerdos de sus tiempos como profesora.
