Un día después de haber festejado su 75º cumpleaños, don Juan Carlos abrió el curso oficial del nuevo año presidiendo, como cada año, la tradicional celebración de la Pascua Militar en el Palacio Real. Acompañado por la Reina Sofía y los Príncipes de Asturias, el monarca, que con este acto ha reanudado sus actividades oficiales fuera de la Zarzuela, llegó a la plaza de la Armería alrededor de las doce del mediodía para presidir desde un podio este solemne acto con el que se inaugura oficialmente la agenda política de 2013 y al que han asistido los máximos representantes de las instituciones del Estado, los tres Ejércitos y la Guardia Civil.
Mariano Rajoy, para el que ha sido su segunda Pascua Militar como presidente del Gobierno, fue el encargado de recibir a los Reyes y los Príncipes, junto a los ministros de Defensa, Pedro Morenés, y de Interior, Jorge Fernández Díaz. El jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante Fernando García Sánchez, también ha dado la bienvenida en ese lugar, el Zaguán de Embajadores.
Apoyado en todo momento en dos muletas para facilitar sus desplazamientos, el monarca ha caminado hasta una alfombra roja instalada en la plaza a pocos metros de la denominada Puerta del Príncipe y, apoyado en una sola muleta, ha presidido desde allí la ceremonia militar, en la que una formación de la Guardia Real le ha rendido honores, además de escuchar el himno nacional y las 21 salvas de honor.
Acordes con una ceremonia en la que el Rey y el Príncipe Felipe visten de gala y lucen sus máximas condecoraciones, la Reina y la Princesa Letizia han optado este año por tonalidades distintas, a diferencia de otros años que elegían los mismos colores. Así, doña Sofía lució un conjunto de chaqueta y falda larga de pedrería y terciopelo en tonos marrones y ciruela, mientras que doña Letizia escogió un elegantísimo diseño en tonos grises con un elaborado detalle de pasamanería plateado en la chaqueta, que combinó con un bolso de mano a juego.
Nuevo año, nuevos cambios
La supresión de la revista a la tropa en la Plaza de la Armería del palacio y la reducción de la línea de saludos a representantes de la cúpula militar, encabezados por el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante Fernando García Sánchez, en el interior son las únicas modificaciones introducidas en el programa de esta ceremonia.
A continuación, el Rey accedió con doña Sofía y los Príncipes al interior del palacio para saludar en la sala Gasparini a los representantes de la cúpula militar, encabezados por el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante Fernando García Sánchez. Además, a diferencia de años anteriores, no formaron parte de esa línea de saludos los representantes de las Reales y Militares Órdenes de San Fernando y San Hermenegildo, de la Guardia Civil y de la Hermandad de Veteranos, con quienes los Reyes y los Príncipes se encontraron directamente en el Salón del Trono. Allí, don Juan Carlos, como Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, impuso condecoraciones a miembros de las comisiones militares.
La crisis, principal protagonista de los discursos
Como ya hiciera en la entrevista que concedió a TVE con motivo de su 75º cumpleaños, el soberano también ha querido hacer referencia este domingo a la difícil situación que vive nuestro país. En su discurso, el Rey subrayó que la crisis económica actúa como "una amenaza a la seguridad" nacional, por lo que animó a las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil a "priorizar el esfuerzo para mantener las capacidades militares que garanticen una disuasión verosímil en defensa de los intereses de España". Además, don Juan Carlos expresó su gratitud a los miembros de los tres Ejércitos y el Instituto Armado y les ha pedido que "perseveren en su actitud", con la que "dan buena prueba de profesionalidad y eficacia, de humanidad y rigor, de valor y disciplina".
Tras alertar sobre la importancia de mantener las capacidades militares frente a la crisis, el jefe del Estado recalcó: "De ahí la necesidad de que, como leales servidores del Estado, debamos contribuir, con más ahínco si cabe, a la tarea de sacar adelante a esta gran nación con esfuerzo, generosidad y espíritu de sacrificio". El monarca finalizó el discurso diciendo "Y ahora junto a mi, gritad: ¡Viva España!".
"Me encuentro divinamente"
El monarca siguió, sentado, el discurso del ministro de Defensa, Pedro Morenés, y, tras cerrar la ceremonia con su intervención, leída de pie ante un atril, intercambió unas palabras con los periodistas, acompañado por la Reina y los Príncipes de Asturias, antes de dirigirse, con muletas, al Salón de Columnas, para ofrecer una breve recepción a todos los invitados. En ese momento, agradeció la felicitación de los periodistas y fotógrafos por su 75 cumpleaños, y les deseó un feliz año a todos. Ante las preguntas sobre su salud, respondió con una sonrisa: "Me encuentro divinamente. Lo único... me ha dicho el médico que tenga cuidado, que voy muy deprisa".
Un festejo con mucha historia
La celebración militar con la que don Juan Carlos ha reanudado este domingo su agenda oficial pública tras la operación de cadera, marca el fin de las fiestas navideñas para la clase política e inaugura oficialmente el inicio de la agenda política nacional del nuevo año, además de ser el primer acto oficial al que acude el rey Juan Carlos tras haber celebrado su 75º cumpleaños. La celebración de esta conmemoración oficial se remonta al reinado de Carlos III, cuando, el 6 de enero de 1782, se recuperó la localidad menorquina de Mahón, que se hallaba en poder de los ingleses. Como expresión de júbilo, Carlos III ordenó a los virreyes, capitanes generales, gobernadores y comandantes militares que, en la fiesta de la Epifanía, reuniesen a las guarniciones y notificasen en su nombre a jefes y oficiales de los ejercitos su felicitación.
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