Las muestras de cariño han sido constantes en todo el mundo desde que Vicente Ferrer falleciese el pasado 19 de junio. A su funeral en la India, país en el que vivió y por el que trabajó durante años, acudieron millones de personas que lloraron la muerte del cooperante catalán. La ciudad de Barcelona rindió también, el pasado miércoles, su particular homenaje. Se celebró otro multitudinario funeral en la Basílica de Santa María del Mar de la ciudad condal, que congregó a más de 2.500 personas, entre familiares, amigos, personalidades de la política y del mundo social y admiradores.
La Casa Real dio su último adiós a Vicente Ferrer, representada por los Duques de Palma. La hija de los Reyes asistió emocionada a esta despedida al cooperante catalán, dio un sentido pésame a su viuda, Ana Ferrer, y elogió el papel que había desarrollado a lo largo de su vida. Arroparon también a los Ferrer algunas autoridades como el Presidente de la Generalitat, José Montilla, y la Vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. No faltaron tampoco a este homenaje en su memoria, abierto a la ciudadanía, el Alcalde de Barcelona, Jordi Hereu; el Vicepresidente catalán, Josep Lluis Carod-Rovira; el Conseller de Interior, Relaciones Institucionales y Participación, Joan Saura; el Delegado del Gobierno en Cataluña, Joan Rangel; el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol, y dirigentes de los partidos catalanes.
Tanto la infanta Cristina como su familia están viviendo intensamente estos últimos días en Barcelona, ciudad donde ha residido durante más de quince años y que en breve cambiará por Washington a causa de las nuevas obligaciones profesionales de su esposo, don Iñaki Urdangarín, en Telefónica. Poco tiempo les queda a los Urdangarín para su aventura en las Américas y, desde ayer, ningún compromiso público pendiente antes de su mudanza a Estados Unidos. La Infanta ha cerrado su agenda oficial con su asistencia a una jornada de cooperación iberoamericana en innovación tecnológica y científica, organizada por el Centro Internacional de Métodos Numéricos en Ingeniería (Cimne).
La viuda, que entró acompañada por la hermana y el sobrino del cooperante, recordó que el sueño de su marido era ayudar a miles de personas y que lo había cumplido porque la fundación trabaja en más de 2.000 pueblos de la región de Anantapur. Explicó que su esposo le dijo antes de morir que quería descansar en paz, pero bromeado aseguró que: “Conozco muy bien a mi marido, y sé que no tiene ningún interés en descansar en paz; seguro que está muy ocupado asegurándose que las puertas del cielo están abiertas para todos”. Agradeció el apoyo recibido durante la enfermedad de su marido y afirmó que seguir con su obra es "un modo de demostrar el amor por Vicente". En la ceremonia oficiada por el párroco de Santa Maria del Mar, Ignasi Mora, un coro interpretó L'emigrant y El cant dels ocells, entre otras canciones.
Anne Ferrer permaneció en el templo al final del funeral para recibir las condolencias de los asistentes, entre los que se encontraba la modelo Judith Mascó, que fue voluntaria de la Fundación Vicente Ferrer en 1996, y destacó la amistad que le une a los miembros de la misma, tanto en India como en España; la cantante Núria Feliu y el Presidente del FC Barcelona, Joan Laporta.
