La apretada agenda del Presidente y la Primera Dama de Francia con motivo de su visita de Estado a España ha seguido esta tarde en el Museo del Prado. La primera cita cultural de las dos programadas a la que asistirá esta dama de las artes francesa en la capital española. La expectación era máxima en los aledaños de la pinacoteca nacional y Carla correspondió a sus admiradores con la profesionalidad de una top: la sonrisa más bella y charme francés. También doña Sofía, Reina entre Reinas. Ambas compartieron la admiración de los españoles y confidencias momentos antes de esta visita pictórica en la que volvió a reinar la buena sintonía entre ellas.
Los Reyes han sido los guías de excepción del matrimonio Sarkozy en su recorrido por el Prado, donde han contemplado La Magdalena penitente de Georges de La Tour, que se ha instalado de la mano del programa La obra invitada, con el que se pretende acercar al público español obras notables de otros museos y colecciones. Anfitriones e invitados han disfrutado de esta obra en su nuevo contexto y han observado, asimismo, en la misma sala que anteriormente exhibía la obra de Goya sobre el 2 y el 3 de mayo, la exposición dedicada al retrato borbónico en la pintura francesa.
Si bien la complicidad del matrimonio Sarkozy se volvió a insinuar con multitud de gestos (manos entrelazadas, continuas miradas, palmaditas, ...)durante las primeras horas de su estancia en la capital española, al final del día las tímidas insinuaciones se convirtieron en testimonio. Un nuevo piropo del Presidente a su esposa durante su discurso en la recepción a la colonia francesa puso de manifiesto su cariño expresamente ante las cámaras: "Quisiera hacer una particular mención a alguien -dijo el mandatario mirando a su esposa-, que ha tenido mucho éxito hoy en España". Una gran verdad.
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