La reina Sofía en Damasco

La soberana clausuró en la vieja ciudad su año como capital cultural árabe

Por hola.com

Ni la corona hace a la Reina, ni tampoco el árbol genealógico, una esmerada formación regia o los vaporosos vestidos de gala. Una soberana de sangre azul o roja, que el color es lo de menos, nace con el sentimiento de entrega y servicio a sus conciudadanos, así como la firme voluntad de ser una espléndida embajadora de su reino, grabados en los genes. [Doña Sofía] tiene genoma regio y lo corrobora en cada una de sus apariciones públicas, de sus causas humanitarias y de sus viajes oficiales, como ha hecho también en su visita oficial a Damasco con motivo de los actos de clausura de su año como capital cultural árabe.

La reina Sofía se mostró al natural, sin florituras reales, durante su estancia en la vieja ciudad, pero dejó igualmente impronta. Respondía su visita al viaje que la Primera Dama de Siria, Asma Al Assad, su acompañante en Damasco, realizó el pasado 31 de enero a Granada y lo hacía con una apretada agenda oficial eminentemente cultural. Afloraron las buenas relaciones con el Presidente sirio, Bachar al Asad, y su esposa, con quien además de actos compartió un paseo por la zona restaurada de la Ciudad Vieja de Damasco, un almuerzo en un restaurante de la zona y un desayuno en la galería Art House, y el magnífico papel como embajadora de la soberana.

Dos días en Damasco
Los compromisos eran, además, muy de su gusto: culturales. La Reina, acompañada de la Primera Dama de Siria, asistió en la Ópera de la capital al espectáculo de ballet flamenco Carmen de la compañía de Antonio Gades, uno de los principales espectáculos del XIV Festival Internacional de Teatro de Damasco y forma parte de los actos de clausura del ciclo de Damasco como Capital Árabe de la Cultura en 2008. El espectáculo de danza, inspirado en la ópera de George Bizet, congregó a varios ministros del Gobierno sirio, así como personalidades del mundo de la cultura y las artes que participan en el festival de teatro de Siria. Al final del espectáculo, la Reina y la Primera Dama saludaron a los 20 miembros del ballet en medio de la lluvia de aplausos que duró más de un cuarto de hora. Antes del espectáculo doña Sofía había visitado una exposición sobre la historia de la cerámica procedente del museo Victoria and Albert de Londres y otra, La edad de oro de los árabes, en el Museo Nacional para apreciar la historia de las ciencias árabes que muestra los descubrimientos e innovaciones en Medicina, Astronomía, Matemáticas y Física, entre otros campos.