Volvió a ser estrella en el tendido. El primogénito de los Duques de Lugo fue obsequiado en la tarde de ayer con su primer brindis taurino de mano de Enrique Ponce, que cortó una oreja en su magistral faena en la feria de Fallas de Valencia. Todas las miradas se volvieron en aquel momento al pequeño, con carita de niño y porte de persona mayor, que por segunda vez ocupaba una barrera al lado de su padre, Jaime de Marichalar, en esta plaza valenciana. Una presencia celebrada por todos los aficionados taurinos.
Aleccionado por don Jaime Ponce le brindó el cuarto toro. Faena que el torero resolvió con arte. El acierto del diestro valenciano fue doble: por destacar la presencia del nieto mayor de los Reyes en los toros, así como por la soberbia lidia que le dedicó a continuación. Cautivó al pequeño, siempre aleccionado por su padre, el Duque de Lugo, y con la montera entre las manos, hasta el punto de que, después de asistir al toreo grande de Ponce, es posible que el festejo le haya calado para siempre. La faena de Ponce se saldó con una oreja, la misma que rechazó Felipe, el quinto miembro en la línea de sucesión de la [Familia Real española], con la mano.
Enrique Ponce, que será por primera vez padre de una niña la próxima primavera, se mostró satisfecho con su actuación y con la presencia del pequeño Felipe en el tendido. "Le he dicho que era una gran satisfacción verlo en los toros y en la plaza de Valencia. Y que espero que en el futuro se convierta en un gran aficionado como los son sus padres y como en su día lo fue su bisabuela", declaró el diestro al crítico Zabala de La Serna acerca de su brindis al nieto mayor de los Reyes.
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