Las entrañables imágenes familiares del príncipe Felipe con motivo de su cumpleaños

Por hola.com

Existen celebraciones de cumpleaños reales de todos los tipos -privada, pública, sencilla, majestuosa, sorpresa...-, pero en ninguna de esas (y de otras no apuntadas) faltan fotografías que rememoren el señalado día. Ya sean entrañables y especialísimas instantáneas que pasan a ser patrimonio exclusivo del álbum familiar, ya sean nuevos retratos oficiales que pasan a la historia. De esta última clase, han llegado con una semana de antelación a las redacciones de todos los medios de comunicación con motivo del 40º aniversario del Príncipe de Asturias.

Y es que don Felipe de Borbón no celebrará tan magno acontecimiento (la entrada a los cuarenta el próximo 30 de enero) ni con una gran fiesta de cumpleaños ni concediendo un entrevista como hiciera en anteriores ocasiones, sino difundiendo, como decíamos, nuevas imágenes suyas en familia, acompañado por su esposa, la [princesa Letizia], y por sus dos hijas, las infantas Leonor y Sofía, así como otras más formales en las que aparece despachando junto a su padre, el Rey. Son el resultado gráfico de casi tres meses de la vida pública y privada del príncipe Felipe, en los que le siguieron dos cámaras de la agencia Efe, Jesús Bartolomé y Nacho Martín, así como los fotógrafos de la Zarzuela.

El lado más familiar del Príncipe
Algunas son estampas familiares de gran sencillez que ilustran lo felices que son los Príncipes de Asturias como matrimonio y como familia con sus pequeñas. Que reflejan la naturalidad de una pareja que se quiere en un contexto cotidiano, como el de cualquier familia española, apartado de las antigüedades y filigranas palaciegas: los Príncipes, sentados en un sofá de su casa o en torno a una mesa camilla, entreteniendo a sus hijas con unos cuentos; paseando por los jardines de Palacio con las niñas o enseñando a montar en bicicleta a la infanta Leonor. Que muestran a un hombre satisfecho con su vida en todas sus facetas, en la personal y en la pública.

Otras muestran al príncipe Felipe como un hombre templado, que asume, a sus casi 40 años, su papel de Heredero al Trono trabajando al lado de su padre con lealtad y aprendiendo de él, su gran maestro, el oficio de reinar. De dirigir las riendas de un país que debe la gestación y consolidación de su democracia al sueño y buen hacer de don Juan Carlos. Con su propio sello hará camino, aunque agarrándose a los consejos del Rey y a sólidos cimientos que se traducen en números en 4.530 actividades oficiales, 170 viajes al extranjero, 719 discursos y más de 13.000 personas recibidas en audiencia.