Los doce años de matrimonio de los Duques de Lugo

Por hola.com

La historia de amor de doña Elena y don Jaime no ha seguido el guión de los cuentos de príncipes y princesas. A lo largo de sus 12 años de matrimonio, los Duques de Lugo han experimentado, como muchas otras parejas, altibajos. Han atravesado rachas de inmensa felicidad conyugal, pero también otras de desavenencias e inestabilidad, que han dado pie en varias ocasiones a rumores de crisis. Comentarios silenciados, hasta ayer, con apariciones públicas y en familia, y finalmente confirmados en un comunicado de la Casa del Rey. La [infanta Elena] y [don Jaime] hacen un paréntesis en su relación con una separación temporal sin efectos legales, pero no dan todo por perdido. Mientras, se dan tiempo para reflexionar por separado, se amontonan los recuerdos: amables, como los nacimientos de sus hijos, y ásperos, como la isquemia cerebral que sufrió don Jaime cerca de las Navidades de 2001.

Se conocieron en 1993 en París. La infanta Elena se trasladó a la ciudad de la luz para realizar un curso de Literatura francesa y don Jaime se encontraba allí realizando sus prácticas financieras antes de iniciar su andadura profesional en el banca privada. Se dijo en esos años que su común pasión por la hípica fue lo que les unió, aunque otros aseguraron que fue el destino, quien caprichosamente quiso que sus vidas se cruzaran. Su noviazgo, que se desarrolló la mayor parte en la capital parisina, fue todo un ejemplo de discreción. No hubo casi fotografías de la pareja hasta el mismo día del anuncio de su compromiso matrimonial, el 23 de noviembre de 1994. Tres días más tarde, en el Palacio de la Zarzuela, Jaime de Marichalar pedía a los Reyes la mano de su hija mayor, la infanta Elena y algunos otros después Zarzuela hacía público la fecha exacta y el lugar del enlace: el 18 de marzo de 1998 en la capital hispalense, que se vistió de luces para la ocasión.

Doce años de luces y sombras
La pareja residió en París durante los primeros años de su matrimonio, hasta que don Jaime fue nombrado en 1998 director ejecutivo y asesor de Crédit Suisse First Boston de Madrid, y la pareja se trasaladó a la capital española. Meses después, el 17 de julio, nacía el nieto primogénito de los Reyes, Felipe, y dos años después, el 9 de septiembre de 2000, la primera nieta de los soberanos, Victoria Federica. Son aquellos sus años más felices. El detonante del declive de su relación fue la isquemia cerebral que sufrió don Jaime el 22 de diciembre de 2001, mientras practicaba ejercicio en una bicicleta estática en un gimnasio de Madrid. La pareja se trasladó a Nueva York durante una temporada para para afrontar, en familia, una nueva y dura etapa y así, juntos, recomponer sus vidas. Fueron años difíciles a los que se sumó otro gran revés: el aborto sufrido por doña Elena en junio de 2003 cuando sus padres, los Reyes, ya habían hecho público durante un viaje a Galicia que su hija mayor les iba a convertir en abuelos seis meses después (en ese momento se encontraba en el tercer mes de gestación). A partir de entonces, las diferencias crecieron y se abrió una brecha insalvable entre ellos: don Jaime se centró en su pasión por la moda y doña Elena, en sus obligaciones como madre y como miembro de la Familia Real española. Ahora sólo queda esperar para confirmar si su matrimonio se dirige sin retorno a un agujero negro o no.