La visita de los Reyes de España a Melilla ha seguido el mismo esquema que la que realizaron ayer a Ceuta: fervor regio y patriótico en medio de un ambiente festivo. El caluroso recibimiento que otorgaron en la ciudad ceutí a don Juan Carlos y doña Sofía fue rebasado, si es posible, por el que les han concedido en la melillense. En banderas rojigualdas, pancartas, júbilo y, también, muestras de cariño.
Desde primera hora de la mañana, numerosos melillenses esperaban en la Plaza de España de la ciudad a los Reyes, que completan con este viaje histórico su ruta por toda España tras acceder al trono. "Melilla os quiere, Melilla os adora, que sepa todo el mundo que Melilla es española", "Viva España", "Viva el Rey", "Ole, ole, ole, Melilla es española" son algunas de las consignas de apoyo a los soberanos que los lugareños han coreado hoy previamente a su llegada. Pero el clamor de los melillenses llegó a cotas insospechadas cuando [don Juan Carlos] y [doña Sofía] hicieron acto de aparición sobre las 12:00 horas por las inmediaciones del lugar. Los Reyes se vieron arropados de una gran multitud de niños, jóvenes y mayores, que habían salido de sus casas para ser testigos de su paso por Melilla. Nadie quería perderse esta cita histórica. Así que los comercios cerraron sus puertas a las once de la mañana y, bajo recomendación oficial, los escolares hicieron novillos.
Dos saludos desde el balcón Los monarcas llegaron poco después del mediodía a la céntrica plaza, donde fueron recibidos por las autoridades locales con todos los honores. Tras pasar revista a la Comandancia General, el Presidente de Melilla, Juan José Imbroda, hizo entrega del Bastón de Mando de la ciudad a don Juan Carlos. A continuación, toda la delegación se dirigió al Palacio de la Asamblea, donde el Rey y el mandatario melillense pronunciaron sendos discursos. El soberano agradeció a los melillenses "los sentimientos de lealtad a la Corona" y "el muy caluroso e inolvidable recibimiento" mientras Imbroda tuvo palabras de elogio para el Rey "porque sin su figura las cosas hubieran ido peor". La salida de los soberanos al balcón principal del Palacio de la Asamblea para saludar al público congregado fue uno de los momentos que despertó mayor fervor. Hasta el punto de que el entusiasmo popular obligó a los Reyes a asomarse de nuevo. Don Juan Carlos y doña Sofía pondrán punto y final a esta visita con un almuerzo con diversas autoridades y representantes de la sociedad melillense en el Hotel Melilla Puerto.
Al éxito de la visita real ha contribuido el esmero que las autoridades locales han puesto toda esta semana en los preparativos festivos, gracias a lo que los Reyes han recorrido sus calles engalanadas con más de 25.000 banderas españolas, 5.000 metros de guirnaldas y otros 2.500 de tela y provistas de una fuerte presencia de miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado en la ciudad.
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