Barcelona es una de esas ciudades donde los Príncipes de Asturias se sienten como en casa. Porque su noviazgo se gestó en el anonimato precisamente al abrigo de la metrópoli barcelonesa, adonde escapaban los fines de semana libres de compromisos; porque allí disfrutaron, y disfrutan en cada visita al hogar de la [infanta Cristina] y los suyos, del calor familiar; porque la Ciudad Condal reclama siempre lo mejor de ellos como Herederos de la Corona de España. Por ello, vuelven siempre que pueden. En esta ocasión, ha sido con motivo de la inauguración oficial de la XXV edición de la Feria Internacional del Libro, Liber 2007, una de las más importantes del sector en nuestro país.
Cálido recibimiento El afecto es mutuo. A su entrada en el auditorio del Palacio de Congresos, el escenario elegido para este acto, [don Felipe], con traje oscuro y corbata azul, y [doña Letizia], que lució para la ocasión un vestido marrón chocolate y una chaquetilla naranja y sorprendió a los presentes con un look mucho más moderno de lo habitual, fueron recibidos con aplausos de editores e invitados. Junto a los Príncipes, se habían dado cita, entre otras personalidades, el ministro de Cultura, César Antonio Molina, y el Presidente de la Generalitat, José Montilla. Éste, en plena polémica sobre la institución monárquica, afirmó en su discurso su agradecimiento por la presencia de los Príncipes "como un acto de normalidad en Barcelona y Cataluña, donde se os quiere y se os respeta". A sus palabras siguió una gran ovación del público presente. Un entusiasta gesto de apoyo que responde a las últimas críticas a la Monarquía, y especialmente a la figura del Rey y del Príncipe. Y es que a raíz de la quema de fotografías reales en territorio catalán ha abierto un intenso debate acerca de la institución. Polémica que ayer los barceloneses no refrendaron.
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