Desde el tradicional posado estival en Marivent de la [Familia Real española] al completo, las vacaciones reales discurren mucho más tranquilas y con escasas apariciones ante los medios de comunicación. A partir de entonces, hemos tenido oportunidad de volver a verles, a veces de lejos, en estampas cotidianas del asueto de los Borbones: en alta mar, a bordo del Fortuna; en excursiones por la isla o saliendo a cenar en Puerto Portals. Ocasiones, libres de oficialidad y de encorsetamiento protocolario, en las que ha destacado siempre la magnífica relación que [doña Letizia] mantiene con su familia política y, especialmente, con [doña Sofía], contradiciendo los comentarios acerca de que no había sintonía entre algunos miembros reales. Ya sea en la soledad de las aguas mallorquinas o, como ayer, tras un tropiezo de camino al restaurante en el concurrido Puerto Portals, los gestos de cariño y complicidad entre suegra y nuera nunca faltan.
Como es habitual en las salidas nocturnas de la Familia Real, los niños se quedaron en casa, en Marivent, pero casi todos los adultos, a excepción de [don Juan Carlos] y la [infanta Elena], se reunieron para disfrutar de las exquisiteces gastronómicas de la isla: la Reina, los Príncipes de Asturias, el [Duque de Lugo] y los Duques de Palma. A parte del ambiente distendido y del buen humor reinante -la princesa Letizia vuelve a sonreír y, a menudo, alterna confidencias con el [príncipe Felipe] y la soberana-, otra de las notas dominantes del momento fue su veraniega puesta en escena. Blusones, rayas y el color blanco fueron las claves de su indumentaria. La reina Sofía, lució blusón con detalles arabescos en oro y pantalón blancos, doña Letizia también se decantó por una camisa con vuelo blanca; el don Felipe y don Jaime de Marichalar apostaron por las rayas -el primero para la camisa y el segundo para el pantalón- y los Duques de Palma lucieron sendos conjuntos de camisa y pantalón en blanco -[doña Cristina] completó el suyo con chaqueta y bolso en beis.
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