La Reina de España recibió al monarca árabe, el Rey Abdulá Bin Abdelaziz, con un espectacular aderezo

Doña Sofía volvió a usar la tiara de la Condesa de Barcelona después de no haberla llevado en 36 años

Por hola.com

Hacía 26 años que un Rey de Arabia Saudí no realizaba un viaje de Estado a España y la ocasión fue celebrada por los Reyes y el Príncipe de Asturias por todo lo alto con una cena de gala que se ofreció en honor al Monarca en el Palacio Real de Madrid.
Fue doña Sofía no obstante, en un día en el que no les pudieron acompañar ni la Princesa de Asturias, de baja por su segunda maternidad, ni sus hijas las Infantas, la que que se aplicó al máximo en sus labores de representación para intentar dar la mejor de las imágenes de la Corona española vistiendo un elegantísimo traje y coronándose con joyas que casi habíamos olvidado en una noche en la que la palabra "paz" ocupó el lugar más importante entre los discursos pronunciados.

La Reina Sofía eligió para la gran cena la diadema de la Condesa de Bacelona, un collar con diamantes engarzados en forma de hilo gordo y un impresionante aderezo de pulseras, sortija y pendientes de brillantes zafiros que podría haberle regalado un monarca árabe durante uno de sus viajes (no está oficialmente confirmado). Doña Sofía ha usado esta diadema en rarísimas ocasiones. La primera, durante una visita oficial al reino de Noruega. La segunda, durante su asistencia a las fiestas organizadas por el Sha de Irán, en Persépolis (1971) con motivo de la celebración del 2500º aniversario de la fundación de la monarquía persa.

La joya, diseñada por Cartier a principios del siglo pasado perteneció a la reina María Cristina (la segunda esposa del rey Alfonso XII), archiduquesa de Austria, quien la usó por primera vez en 1906. Tras la muerte de la Soberana, heredó la pieza su hijo, el rey Alfonso XIII, quien, a su vez, y con motivo de las nupcias de su hijo, don Juan, con doña María de las Mercedes, futuros condes de Barcelona, se la regala a su nuera en 1935. La tiara del laurel tiene forma de lágrima invertida y está coronada por dos filas de catorce perlas.

A lo largo de su existencia, esta pieza ha sido usada, además, por la infanta doña Pilar en su boda (1967), y más de dos décadas después por su hija, Simoneta Gomez Acebo el día de su boda con José Miguel Fernández Sastrón, en Palma Mallorca, en 1990. En el año 2000, tras la muerte de la Condesa de Barcelona, se dio por hecho que la tiara había pasado a ser propiedad de la infanta doña Pilar.