La reina Sofía viajó ayer a Moscú acompañada por su hermana, la princesa Irene de Grecia para, al igual que miles de personas, dar su ultimo adiós al violonchelista y director de orquesta ruso Mstislav Rostropovich, que fue gran amigo suyo desde antes de que se convirtiera en Reina de España y que falleció el pasado jueves en la capital rusa a la edad 80 años. A pesar de que la princesa Letizia se encuentra ya ingresada en la clínica Ruber Internacional para dar a luz a su segunda hija, la reina Sofía no quiso faltar al acto, ya que estaba muy unida al músico.
La Reina, que hace dos años viajó a Moscú para celebrar las bodas de oro de el violonchelista y su mujer, la soprano Galina Vishnievskaya, estuvo acompañando y velando junto a la viuda el cuerpo del fallecido en el Conservatorio de Moscú, donde fue colocado el féretro para que todos los moscovitas pudieran rendir el último homenaje al que ha sido considerado como el mejor violonchelista del siglo XX.
La viuda del fallecido, que no pudo contener las lágrimas durante el velatorio, agradeció muy emocionada la presencia de doña Sofía quien ofreció un emotivo pésame a la soprano. La Reina permaneció en el Conservatorio con la familia de Rostropovich mientras se escuchaban los acordes de los violonchelistas y hasta que el féretro finalmente fue trasladado hasta la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, donde a lo largo de esta mañana tendrá lugar el funeral.
Una vez terminado el funeral, Rostropovich será trasladado hasta el histórico cementerio del monasterio Novodiévichie (de las Doncellas), donde yacen los ilustres de Rusia. El violonchelista recibirá sepultura en la plaza central del camposanto, al lado del primer ministro de Rusia, Boris Yeltsin, enterrado allí hace apenas cuatro días con todos los honores. Una vez finalizados los actos fúnebres, la reina Sofía regresará a España para acudir a la clínica Ruber donde Letizia se encuentra ingresada desde la una del mediodía.
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