Crónica de un embarazo real

Por hola.com

Algo quedaba muy claro tras el ingreso de doña Letizia en la clínica, a causa de la falsa alarma del pasado 18 de octubre: la princesa de Asturias entraba de lleno en la recta final de su embarazo. O mejor dicho, se acercaba cada vez más a la etapa más importante de su vida, que es la de la maternidad. Porque «la recta final» de un embarazo no es una meta en la que detenerse, sino el punto de partida, el comienzo de una nueva vida —una nueva etapa— más fecunda y más abierta para cualquier mujer, y sin duda, de forma aún más especial para ella, como madre de quien, en su día, será heredero de la Corona.

Esa etapa está ya aquí, a las puertas, cuando apenas acaban de pasar tres años de su primer encuentro con el príncipe Felipe, que fue, si se quiere —y aunque no se habían citado personalmente—, una especie de «cita a ciegas»; cuando tan sólo han transcurrido dos años desde que se conociera —e impactara—, la noticia de su compromiso con el heredero de la Corona (se hizo público el 1 de noviembre de 2003) y diecisiete meses después de su boda en la catedral de la Almudena.

Noviembre: el mes señalado durante todo el embarazo
Esta es la crónica de un embarazo muy esperado y lleno, a la vez, de enorme expectación. Fue el pasado 8 de mayo —domingo para más datos, y justo dos semanas antes de su aniversario de boda —cuando se dio a conocer que la princesa de Asturias estaba esperando un hijo. El comunicado del palacio de la Zarzuela decía: "Sus Altezas Reales los príncipes de Asturias tienen la gran alegría de anunciar que esperan el nacimiento de su primer hijo para el próximo mes de noviembre. Sus Majestades los Reyes desean con este motivo sumarse a la gran alegría de este feliz anuncio".