Gran parte del protagonismo de las jornadas marineras, que vivió el fin de semana pasado la [Familia Real española] con motivo de la entrega de los premios de la Regata Breitling-Illes Balears en Puerto Portals, que el príncipe Felipe ganó en la clase IMS, a los mandos del CAM, se lo llevó la princesa Letizia.
Es el verano de su 'dulce espera'. Sus últimas vacaciones estivales antes de convertirse por primera vez en madre el próximo mes de noviembre. Y mientras llega el feliz acontecimiento, el embarazo de la Princesa de Asturias crece por momentos y las imágenes veraniegas de [doña Letizia] vistiendo de premamá son de lo más codiciadas. En su quinto mes de estado de buena esperanza, la Princesa ha dicho adiós definitivamente a la ropa ceñida y ha comenzado a lucir sus primeros conjuntos de embarazada en toda regla.
Doña Sofía y doña Letizia: muy unidas La princesa Letizia ha desterrado definitivamente de su armario las chaquetas, faldas y pantalones de talla 36 y 38. Diminutos trajes que en los primeros meses de embarazo podía permitirse llevar debido a su esbelta figura y que ahora, al coger peso por razones obvias, se ha visto obligada a reemplazar por favorecedores vestidos y blusones para futuras mamás. Como los conjuntos que la Princesa de Asturias lució el pasado fin de semana durante su estancia en la isla balear: blusón con estampado de flores rojas y pantalón blanco, para el día; blusón negro a juego con el pantalón, para la noche. Doña Letizia, radiante en todo momento, ha dejado claro en sus apariciones públicas estivales que su estado no es óbice para continuar siendo elegante.
También la excelente relación entre [doña Sofía] y doña Letizia acaparó la atención de la prensa. Suegra y nuera, ambas con un aire juvenil e informal, se mostraron muy unidas y sonrientes durante toda la jornada compartiendo confidencias y charlando animadamente, quizás sobre la llegada del primer hijo de los Príncipes de Asturias, mientras paseaban junto al mar acompañadas por sus esposos, el rey don Juan Carlos y el [príncipe Felipe]. De lo que no quedó la menor duda, en todo caso, es del cariño y la complicidad que las une.
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