Felipe de Borbón: futuro papá... y el hombre más feliz y dichoso del mundo

Por hola.com

Aunque ha sido el mar el que, a lo largo de los años, nos ha ido regalando las mejores instantáneas del príncipe don Felipe -"el lugar en el que alcanzar la plena libertad... La belleza de un amanecer, de una puesta de sol, o de un tormenta en mar abierto"- podríamos decir que las imágenes obtenidas durante el pasado fin de semana en la costa valenciana son, hasta el momento, las que ilustran a la perfección cómo se siente en este maravilloso momento de su existencia el Príncipe de Asturias.
Descalzo, sin gafas -a pesar de las molestias que el sol causa en sus ojos azules-, poniéndose protección solar; con un bob de ala ancha reversible en la cabeza, don Felipe de Borbón irrumpió en los "campos de regatas" valencianos para participar en la disputa del VII trofeo de Su Majestad, la Reina doña Sofía en las aguas del Golfo de Valencia. Una regata en la que también participó el Rey Juan Carlos, que se hizo a la mar en el "Bribón" una hora después de que lo hiciera su hijo, el príncipe de Asturias, en el Aifos.

Un papá a la espera
Difícil entrever en estas fotografías de "marinero triunfante " que sobre sus hombros, recaiga el peso histórico de veinticuatro reinos, cinco principados, quince ducados, seis marquesados, veintidós condados y doce señoríos... Que sobre su pecho cuelguen tres grandes condecoraciones: el Toisón, la Real de Carlos III, y la de Isabel la Católica... Que sobre su conciencia pese la responsabilidad de ser, en el futuro, un Rey digno sucesor de su padre, don Juan Carlos de Borbón... Quizá porque en este momento y más que nunca, Felipe de Borbón es, además del décimo príncipe de Asturias en la Casa de Borbón, un hombre feliz, satisfecho, orgulloso, alegre, dichoso, complacido. Un papá a la espera. Un ser humano campante , complacido y dichoso al que no le sirvió de nada adelantar la salida para tomar contacto con el nuevo Aifos -embarcación que la Armada ha bautizado con el nombre de la reina escrito a la inversa-, porque como bien dice el refrán: "afortunado en el amor desafortunado en el juego".

El último puesto
Un juego en el que don Felipe participó, como uno más, en la preparación de los pormenores del velero: repasando la táctica prevista para la regata, animando a sus compañeros a no regatear esfuerzos hasta el último momento y, a sabiendas de que el Aifos quedaría en el último puesto de la general.
Una derrota que trajo a la memoria las alegres horas en las que el pasado año, durante la entrega de los trofeos, doña Letizia le premiaba con un beso por haber conseguido clasificarse en segundo lugar a la caña del CAM. Y, también, una escena inolvidable en la que, a diferencia de este año, participó la Reina -la primera ausencia en 7 años- quien no ha podido asistir a esta nueva edición de su trofeo por encontrarse en Singapur con la candidatura de Madrid para los Juegos Olímpicos.