La Reina y la infanta Elena celebraron en Barcelona el cumpleaños de Miguel Urdangarín

Por hola.com

La Reina de España, doña Sofía, y su hija mayor, la infanta Elena, viajaron a Barcelona desde Madrid hace unos días, concretamente el 30 de abril pasado, para celebrar el cumpleaños de Miguel, hijo de la infanta Cristina y de Iñaki Urdangarín.

Doña Cristina, embarazada de ocho meses y que dará a luz para el próximo junio, ejerció de eficaz anfitriona en la ‘fiesta’ que en su casa barcelonesa vivieron para celebrar los tres años de Miguel.

Asimismo, en la simpática cita familiar estuvieron presentes sus primos Felipe Juan Froilán, que ha crecido mucho, y su hermana, Victoria Federica, que, junto con su madre, la infanta Elena, no quisieron perderse, naturalmente, el cumpleaños de su primo hermano.

Doña Cristina, duquesa de Palma de Mallorca —que se encuentra ya en lo que podríamos llamar la recta final de su embarazo—, improvisó, junto a su marido, Iñaki, un ‘almuerzo-merienda’ en su domicilio de Barcelona.

Hubo, como puede verse en la divertida crónica gráfica, una ‘bici’, que, aparte de la alegría para los niños, proporcionó un pequeño accidente doméstico, muy habitual en este tipo de celebraciones, porque Miguel, que quiso imitar a los mayores de la cita, fue a dar con sus huesos en el suelo, proporcionando un gran susto, más que para él mismo, para su real abuela, doña Sofía, que corrió a auxiliarle junto al duque de Palma de Mallorca, el padre del pequeño ‘accidentado’.

Esta es, en fin, la pequeña historia de un día grande, o la gran historia de un día sencillo. Algo que, además, permitió alcanzar una imagen poco habitual desde hace tiempo, la de la Reina doña Sofía, feliz abuela, en compañía de sus dos hijas fuera de un acto oficial y ante las cámaras.

De esta forma, Miguel, que es un chico de una fuerte personalidad, continuaba siendo el protagonista ese 30 de abril, el día de su tercer cumpleaños, porque también lo fue en su clase esa jornada, ya que se sabe que, a su manera, fue adornado por una especie de ‘corona’ de cartulina —hecha por sus propios compañeros de clase— en la que se podía leer: ‘Felicidades, Miguel’. Su madre le recogió personalmente en el colegio, acudiendo primero al Liceo Francés, donde estudian los dos mayores, y después trasladándose a por Miguel, que, radiante, vivía a tope su gran día.