Los Duques de Lugo asistieron a la boda de Livia Ballesteros y Borja Ortiz-Echagüe

Por hola.com

Hoy, lo cierto es que tales rumores y comentarios carecían de fundamento, puesto que don Felipe y doña Letizia se han casado hace ya más de un mes y los Duques de Lugo siguen siendo un matrimonio unido, por más que, en ocasiones, a doña Elena, apasionada por la hípica, se la vea presenciando algunas pruebas, mientras que don Jaime, que no siente una especial afición por el citado deporte, aprovecha para asistir a otro tipo de actos, cosa que no deja de ser frecuente, por otro lado, en la mayor parte de los matrimonios, en los que uno de los cónyuges tiene aficiones o gustos de los que el otro cónyuge carece o en los que prefiere no tomar parte.

Entre los invitados...
Entre los invitados a la boda se encontraban Luis Medina, hijo menor de Naty Abascal y del desaparecido duque de Feria, acompañado por su novia, Alejandra Rojas, hija de los condes de Montarco (asistió también al enlace su madre, Charo Palacios); Verónica Mengod con su marido, Carlos Ortiz-Echagüe, que es hermano del novio, y sus hijos; Carlos Sainz y su esposa, Reyes (Carlos, en cuyas empresas trabaja el novio, actuó como testigo).

La novia, que llevaba un vestido con cuello barco y bordados en la parte delantera del mismo, llegó del brazo de su padre y padrino, Alfonso Ballesteros, minutos después de las siete y media de la tarde, hora en que estaba previsto el inicio de la ceremonia. Por su parte, el novio había llegado a la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol alrededor de las siete y veinte, dando el brazo a su madre y madrina, Mere Rissel, que estaba muy elegante con un traje color oro. Tras la ceremonia, los recién casados fueron recibidos a la salida del templo con una lluvia de pétalos de rosas. Fue en este momento donde nuevamente los Duques de Lugo, mientras saludaban a los invitados, fueron aplaudidos por numerosas personas de Yunquera de Henares que se habían acercado los alrededores de la iglesia parroquial para ver a los novios.

Tras la ceremonia religiosa, los invitados se trasladaron a la finca La Yeguada de Yunquera, propiedad de la familia del novio, en la que se celebró el banquete nupcial. Cabe destacar que doña Elena, siempre entre las más elegantes de nuestro país, lucía un precioso original traje de chaqueta estampado con cuadros y flores. Por su parte, su esposo, don Jaime de Maricharlar, llevaba un traje en tono marrón y una corbata de rayas de variados colores.