Un día después de haber celebrado el sagrado bautismo de su quinto nieto, don Miguel, y en el mismo marco del palacio de la Zarzuela, el Rey recibió la felicitación por su fiesta onomástica de los máximos representantes de las altas instituciones del Estado.
La elegancia de la Familia Real El acto se inició en el Salón de Audiencias. El lugar donde don Juan Carlos hizo su entrada acompañado por la Reina, con un traje de chaqueta verde agua; el Príncipe de Asturias; la Infanta Elena, con un dos piezas de color rosa palo a juego con el bolso y las sandalias, y su esposo, Jaime de Marichalar; la Infanta Cristina, con falda azul marino de vuelo y una blusa beige-dorada, con zapato a juego, al lado de su esposo, Iñaki Urdangarín.
Las primeras felicitaciones Los primeros en felicitar a Rey, con motivo de la festividad de San Juan, fueron el presidente del Gobierno, José María Aznar, y su esposa, Ana Botella, seguidos de las presidentas del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, y del Senado, Esperanza Aguirre, acompañadas de sus respectivos maridos. En el saludo tomaron parte, también, otras personalidades del Gobierno. Entre ellos, el Ministro de Fomento, Álvarez Cascos, acompañado de su esposa Gemma; el de Defensa, Federico Trillo y el portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas.
Bajo la sombra de los pinos centenarios El Rey y su Familia se reunieron a continuación con sus invitados en el cóctel que el Soberano les ofreció en el jardín, frente al Salón de Audiencias. Una reunión oficial, aunque íntima, que sustituye, anualmente, a aquellas grandes celebraciones que el Rey dejó de organizar en 1992, y durante la que, a causa de las altas temperaturas, buscaron todos la sombra de los pinos centenarios para conversar sin descanso, sin olvidarse de preguntar por los arreglos del jardines llevados a cabo recientemente. Una pequeña reforma gracias a la cual se han podido abrir nuevos caminos de grava que facilitaran los paseos por tan maravilloso entorno.
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