El esposo de Margarita de Dinamarca, el príncipe Henrik, hizo gala de su original y desenfadada forma de vestir hace unos días cuando participó en una de las tradicionales Cacerías Reales que se desarrollan en el bosque Grib, en las inmediaciones del castillo de Fredensborg, al norte de Copenhague, en esta época del año. El consorte de la Reina llegó acompañado de su hijo menor, el príncipe Joaquín, y juntos participaron en la sesión informativa donde se explica a todos los participantes las reglas para desarrollar con normalidad la caza de corzos y gamos.
Al término de la montería, como es tradicional, se exhibieron los trofeos de caza en el patio del palacio, momento al que también se unieron la soberana y el príncipe Federico, quienes este año no participaron en la jornada cinegética. Posteriormente la pareja real ofreció una típica cena de caza a sus invitados en la que, como también manda la tradición danesa, se ofreció un brindis “por los cazadores valientes”.
Las Cacerías Reales tienen lugar desde el 1 de octubre hasta mediados de enero en los bosques estatales de Dinamarca. El príncipe Henrik, gran aficionado a la caza como toda la Familia Real danesa, decide dónde llevar a cabo cada cacería en función de los informes que le presenta el Maestro Cazador Real. Para la reina Margarita y su esposo estas cacerías son más un acto social que un evento propiamente deportivo y se han convertido en una cita obligada año tras año que les convierte en anfitriones de un amplio número de cazadores que disfrutan de una magnífica y distendida jornada de caza al norte de Copenhague.
Este año fue muy comentado el estilismo elegido por el príncipe Henrik para tan señalado día, por la divertida mezcla de colores y la variedad de complementos. El Príncipe demostró que, al igual que su esposa la Reina, no es amigo de convencionalismos por lo que a las modas se refiere y que prefiere la comodidad y estar bien resguardado de las bajas temperaturas que la mera cuestión estética.
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