La Familia Real danesa ya ha hecho su tradicional aportación al álbum de verano de la realeza. La reina Margarita y el príncipe Henrik llegaron el lunes al palacio de Gråsten, al sur de Dinamarca, después de pasar parte de las vacaciones en el palacio de Marselisborg (Aarhus), y fueron recibidos por cientos de vecinos de esta pequeña localidad situada cerca de la frontera con Alemania. Allí la soberana danesa y el príncipe consorte volvieron a juntarse con sus hijos y sus nietos, como cada temporada estival por estas fechas, para realizar la tradicional foto de familia, que se remonta a los tiempos de la reina Ingrid, madre de la reina Margarita.
Unos retratos que este verano vuelven a ser muy concurridos. Por primera vez en años, la reina Margarita reunió a casi toda la familia en Gråsten, veintidós personas en total, incluidos los príncipes herederos Federico y Mary, con sus cuatro hijos; los príncipes Joaquín y Marie, con sus otros cuatro, además de las hermanas de la soberana, las princesas Ana María y Bendicta; el príncipe Gustavo y su novia, Carina, y la princesa Alejandra de Berleburg y su marido, el conde Jefferson. Toda la familia llegó caminando por el parque del castillo hasta la pequeña casa de té donde se realizó el posado anual.
Los verdaderos destinatarios de los flashes fueron los más pequeños, que hicieron las delicias de los fotógrafos. La familia descansó en el parque, cuyos columpios se convirtieron en el principal objeto de deseo de los niños, en especial del príncipe Henrik, el hijo mayor de los príncipes Joaquín y Mary, y de la princesa Josephine, la melliza de los Herederos, a quien trataron de distraer sin éxito. La princesa, que no quería bajar del columpio, demostró su genio. Ni se conformó con las flores que le ofrecieron en su lugar ni tampoco accedió montarse en una estatua con forma de perro, y en señal de protesta se sentó enfadada sobre la hierba. El príncipe Vincent, su mellizo y otro precioso muñeco como ella, también acaparó la atención de la prensa, aunque no por su fuerte carácter, mientras los príncipes Christian e Isabella, ejercieron de hermanos mayores. Una encantadora muestra de las dos semanas que pasarán en Gråsten.
