Los príncipes Federico y Mary de Dinamarca visitaron este sábado Favrskov, al noroeste del país, para asistir al 150 aniversario de la fundación de dos de sus villas, Hinnerup y Hadsten, donde los jóvenes y el deporte se convirtieron en los grandes protagonistas. Antes de comenzar el programa, pararon en el castillo de Frijsenborg, donde almorzaron con los condes Pernille y Bendt Wedell. Después pusieron rumbo a Hinnerup a bordo de un flamante coche antiguo y fueron recibidos por la banda de música local y presenciaron la actuación del coro de la villa.
Allí los Príncipes herederos recorrieron la plaza principal, donde había diversas actividades deportivas y talleres artísticos para niños. Después fueron a la biblioteca municipal y a la casa de la Cultura, donde también se celebraban actividades artísticas para los más pequeños, e inauguraron una placa conmemorativa hecha por niños de la escuela de fotografía en colaboración con una artista local.
El traslado a la vecina Hadsten ya no fue en coche, sino en un tren histórico que ya no se usa y su salida de la estación de marcó también la de una carrera popular entre las dos villas.
Ya Hadsten también fueron recibidos por la banda de música local y las autoridades y contemplaron cómo los jóvenes practicaban diversos deportes, entre ellos baloncesto. A pesar de ir elegantemente vestidos, los Príncipes se atrevieron a probar su puntería en la canasta. Federico necesitó dos tiros para acertar, mientras que Mary falló hasta cuatro veces, aunque se lo tomó con mucho humor y no paró de reír mientras fallaba una y otra vez.
Después de esta demosración de buen humor y puntería llegaba el final de esta visita con la inauguración de otra placa conmemorativa y después con la calurosa despedida de los ciudadanos, que pasaron un divertido día con sus Príncipes.
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