Los príncipes Christian e Isabella fueron a visitar esta semana a su padre, [Federico de Dinamarca], al Hospital del Reino de Copenhague, donde fue operado el pasado lunes de una fisura en el peroné que se hizo mientras daba un paseo en trineo con su los pequeños, durante las vacaciones invernales que disfrutaron en los Alpes suizos.
Antes de que Federico recibiera el alta médica, Christian e Isabella, acompañados por su madre, llegaron al centro hospitalario muy contentos y a la salida, eufóricos por haber estado aproximadamente una hora y media en la habitación con su padre, Mary tuvo algunos problemas para controlarlos y meterlos en el coche. Christian se puso a correr y saltar delante de la puerta de urgencias e Isabella intentó imitar a su hermano y salir también corriendo. Finalmente, las travesuras duraron sólo unos minutos, cogió a la pequeña en brazos y consiguió que su hijo la obecediera y entrara en el coche para poner rumbo a casa, según informó la revista Billed-Bladet.
Federico debía haber asistido esta semana a una cena militar de gala en el palacio real de Amalienborg, pero tuvo que suspenderla porque todavía permanecía convaleciente, así que la Princesa asistió en solitario.
Tras la intervención, la Casa Real danesa informó de que todo había salido bien pero que Federico debería permanecer ingresado un día más de lo previsto por consejo de los médicos, que consideraban necesario que estuviera 24 horas en reposo absoluto. Aunque deberá llevar escayolada la pierna durante seis meses, Federico no suspenderá ninguno de los actos oficiales programados en su agenda, incluido la visita a Estados Unidos a finales de este mes.
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