Tras concluir su estancia en los Juegos Olímpicos de China, incluida una visita oficial relámpago a Mongolia, el [príncipe Federico] llegó ayer a la isla australiana de Tasmania, tierra natal de su esposa, la [princesa Mary], para pasar unos días de vacaciones con ella y sus dos hijos, los príncipes Christian e Isabella.
La Princesa y los niños fueron a recibir al Heredero danés al aeropuerto de Hobart, la capital de la isla, y allí intercambiaron besos y abrazos. Poco después los cuatro se dirigieron a un parque cercano para que los niños pudieran jugar: Mary se ocupó de la pequeña Isabella, mientras Christian mostró a su padre las cosas que había aprendido a hacer en su ausencia.
La familia permanecerá unos días más en Tasmania, algo que agradecerá especialmente Federico. Y es que el hijo de la [reina Margarita] ha tenido dos semanas agotadoras en Pekín, donde celebró numerosas reuniones para presentar su candidatura a formar parte del Comité Olímpico Internacional (COI) el próximo año.
Tarde de globos y "chuches"
Un día antes de la llegada de Federico, Mary se llevó a los niños a dar una vuelta por el mercado callejero de Hobart, que curiosamente se conoce con el nombre de "mercado de Salamanca" y que es uno de los lugares más populares de la ciudad. Christian se mostró entusiasmado con todo el alboroto de gente y los puestos, especialmente, con el de globos con forma de animales, que mostró de forma insistente a su madre. Pero lo más celebrado por los dos príncipes fueron las chucherías que Mary les compró. Con la familia estuvo también paseando en el mercado su niñera y Amber Petty, la mejor amiga de la Princesa y dama de honor en su boda.