Tanto en la isla de Palma, con los Príncipes de Asturias, como en la ciudad de Miami, con los príncipes Federico y Mary de Dinamarca, asistimos el pasado fin de semana a un anticipo de lo que bien puede ser el próximo verano de ambas parejas reales: un descanso familiar y náutico. El primogénito de la reina Margarita ha estado disfrutando de una de sus grandes pasiones, como es la navegación, desde hace casi dos semanas en Florida, donde se ha estado celebrando el Campeonato del Mundo de Farr 40. Solo, sin su esposa e hijos, hasta la recta final de la competición, justo cuando volvimos a verle, junto a sus compañeros de equipo tras llegar a puerto, reunirse con la [princesa Mary] y su primogénito, el príncipe Christian. Y si las reconciliaciones son de lo más románticas, también lo son los reencuentros después de largas temporadas separados.
No en vano, durante estas jornadas vimos las imágenes más cariñosas y tiernas de los Herederos a la Corona danesa, que se abrazaron y besaron apasionadamente, tras la llegada a puerto del Príncipe. Se mostraron tan enamorados como el primer día, prodigándose besos, abrazos y miradas de complicidad, con los que aniquilaron antiguos rumores de crisis. El pequeño Christian, de sólo 2 años, participó también en tan bella estampa familiar. Mientras sus felices papás charlaban animadamente sobre cómo había ido la jornada de competición, el pequeño, al que parece también gustarle mucho el agua como a su padre, estuvo tirando el recipiente de una botella al mar. La gran ausente fue la benjamina de la familia, la princesa Isabella, que nació el 21 de abril del 2007, por lo que ha cumplido su primer añito de vida.
