El anuncio de la boda de la príncesa Alejandra de Dinamarca con su novio, Martin Jorgensen, sorprendió a la inmensa mayoría. Sin embargo, las nupcias estaban planeadas desde hacía tiempo y los asistentes al enlace -una ceremonia íntima que se celebrará el 3 de marzo- recibieron las invitaciones hace tres meses. Tras conocerse sus planes matrimoniales, la Princesa dio testimonio del magnífico momento por el que atraviesa. Mientras recogía a sus hijos de la guardería, en el caso del príncipe Félix, de 4 años, y del colegio, en el del príncipe Nicolás, de 7, la Princesa hizo sus primeras declaraciones el tabloide Ekstra Bladet: "Los Príncipes (por sus hijos) están muy contentos. Aunque estamos muy ocupados con los preparativos de la boda, después de haber hecho pública la noticia, todo es más fácil".
Con su matrimonio, la pareja sellará su historia de amor, que se remonta al verano de 2005, un año después del divorcio de la princesa Alejandra y el príncipe Joaquín. Su primera aparición juntos ante la opinión pública se produjo el pasado mes septiembre, con motivo de la boda de un amigo de la familia a la que también acudió el segundo hijo de la soberana danesa. Poco después, Martin se mudó a casa de la Princesa, y durante los últimos meses, ha llevado con frecuencia en coche a los niños, que viven con su madre, a la escuela. La buena relación del príncipe Joaquín con su ex esposa y Martin también ha contribuido al feliz compromiso. Ambos acudieron como invitados a la fiesta de Fin de Año que el Príncipe organizó en el palacio real de Amalienborg; asimismo, Joaquín y Martin acudieron juntos el pasado sábado a una fiesta en una exclusiva discoteca del centro de Copenhague, donde permanecieron por espacio de una hora y se les vio bromeando.
El precio del amor La boda pondrá fin a una situación, que según los medios daneses, no era del agrado de la reina Margarita: el hecho de que su ex nuera mantuviera una relación, sin casarse, con un hombre 14 años más joven y que este viviera en la casa de la Princesa junto a sus nietos. Por otro lado, el anuncio de boda allana también el camino a otro posible enlace entre Joaquín y su novia, la financiera francesa Marie Cavallier, que llevan juntos desde hace un año. Con su ex esposa casada en segundas nupcias, el hijo menor de la Reina no tendría ya ningún impedimento para contraer un nuevo matrimonio. En ese caso, Marie recibiría los títulos de Princesa y de señora de Schackenborg, palacio en el sur de la península de Jutlandia, donde Joaquín reside.
Pero el precio que la princesa Alejandra pagará por su boda con Martin Jørgensen será elevado: le costará alrededor de 174.000 euros de los 255.000 euros que recibe al año del Estado. La razón es que a partir del 3 de marzo perderá no sólo su condición de Princesa y de miembro de la [Familia Real danesa], sino también los privilegios de no tener que pagar ni el IVA ni los impuestos en uno de los países con la carga fiscal más elevada del mundo. Asimismo, entre las ventajas a las que deberá decir adiós, a menos que se las quiera costear ella misma, figuran una secretaria privada y una niñera.
Conservará, en cambio, su pasaporte diplomático; su lujosa residencia de casi 300 metros cuadrados en un exclusivo barrio de Copenhague, que Joaquín tuvo que comprarle en 2004 por casi un millón de euros, cuando la pareja se separó; las joyas que recibió durante los diez años de matrimonio con el Príncipe, que incluso podrá vender si lo estima necesario, y algunas de las 22 organizaciones de las que en la actualidad es protectora. Asimismo, a pesar de que el anuncio de boda implica un mayor distanciamiento entre Joaquín y Alejandra, los padres de ella seguirán viviendo en una de las viviendas del complejo de Schackenborg, a cientos de kilómetros de Copenhague y de su hija y sus nietos, según ha confirmado la Casa Real. Entre los motivos señalados por la prensa danesa figuran el avanzado estado de enfermedad de Richard Manley, padre de la Princesa.
