Un extenso repertorio de saltos y cabriolas atestiguaron ayer que la princesa Mary está en plena forma. Su esbelta figura, pese a su reciente maternidad del príncipe Christian, ya daba buena fe de ello, pero sus acrobacias en una cama elástica durante una visita al hogar infantil Kildemose, una institución para niños con sobrepeso, han confirmado definitivamente las sospechas y han dado aún más suculentas muestras de la enorme vitalidad de la Princesa.
Botar y botar por los aires, y reír con entusiasmo en cada brinco, no es lo primero que uno esperaría de un miembro de la realeza, pero la [princesa Mary] es conocida por su toque desenfadado y, en esta ocasión, tampoco defraudó. Aunque la Heredera danesa debía asistir desde la barrera a la exhibición de saltos de los chicos, cuando llegó al hogar y contempló la saltarina escena, no se pudo resistir: se quitó los zapatos y se puso a saltar con ellos, mientras su melena al viento se revolvía en todas las direcciones.
La Princesa pareció divertirse de lo lindo. Y, con ella, los niños. Los jóvenes del hogar quedaron entusiasmados con la visita real, que seguro no olvidarán en toda su vida. Especialmente, aquellos afortunados que compartieron unos pocos minutos de diversión en la cama elástica con la futura Reina de Dinamarca.
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