Un paseo en tranvía para la princesa Mary

Por hola.com

Cuando el año pasado la princesa Mary y su esposo, el príncipe Federico de Dinamarca, realizaron una visita oficial a Australia, no podían imaginarse que recibirían a su regreso un regalo de 17 toneladas. El extraordinario obsequio del Gobierno australiano es un tranvía de Melbourne de la década de los 30, pintado en verde y amarillo, los colores de la bandera australiana, que ha sido inaugurado oficialmente esta semana por la pareja real en el Museo danés de Tranvías, en la ciudad danesa de Skjoldenaesholm.

Recuerdos de Melbourne
La tierra tira también a las Princesas. Y Mary, australiana de nacimiento, no es una excepción. Así que se la vio especialmente contenta en la presentación de este recuerdo de su patria, que llegó a Dinamarca, a principios de este año, después de un viaje de 44 días por mar. Un extraordinario regalo de bautizo para su primogénito, el príncipe Christian, que seguro trajo a la Princesa las memorias de su estancia en Melbourne, una ciudad que presume de tener uno de los sistemas corrientes más grandes de tranvía de mundo.

Este obsequio celebra además la especial relación entre Australia y Dinamarca, reforzada después del matrimonio de la [princesa Mary] con el Heredero al trono danés. La Princesa, una heroína nacional en su patria, ha sido igualmente acogida en el corazón de sus nuevos conciudadanos a los que se ha metido en el bolsillo gracias a su profesionalidad, belleza y estilo. De hecho, una multitud de admiradores reales se dieron cita en el Museo danés de Tranvías ondeando banderas danesas y australianas y aclamando a la Princesa, que lució para la ocasión un abrigo marengo y una pashmina púrpura. Mary no defraudó. Se detuvo a saludar y después, emocionada, se subió a bordo del tranvía 965, seguida por su esposo.