La capilla de palacio, marco real para un bautizo histórico

Por hola.com

La capilla del palacio Christiansborg albergará, el próximo 21 de enero, por segunda vez en su historia, la celebración de un bautizo real, el del primogénito de los príncipes Federico y Mary de Dinamarca -el primero fue el de Christian X, tatarabuelo del joven Heredero al Trono, en 1870-. Pese a su escasa tradición en ceremonias bautismales, se trata de uno de los templos más recurridos por la [Familia Real danesa] para celebrar sus grandes acontecimientos. Tras sus muros, de hecho, se han oficiado a lo largo de los años varias bodas y confirmaciones reales y ha servido, durante siglos, como capilla ardiente de los soberanos fallecidos, antes de que fueran trasladados a su último lugar de reposo en la catedral de Roskilde.

Una joya arquitectónica
La historia de esta capilla se remonta a la construcción del primer palacio Christiansborg durante los años 1733-1745. Christian VI encargó en 1738 a Nicolai Eigtved, un joven arquitecto del Servicio de los Edificios del Rey, que diseñara la capilla del palacio. Nicolai Eigtved consiguió uno de los más distinguidos interiores Rococó de la arquitectura danesa. Pero aquella joya arquitectónica tuvo un destino fatal cincuenta y dos años después, cuando en 1794 el palacio se quemó hasta los cimientos. La capilla corrió la misma suerte y también quedó destruida. Se decidió, entonces, demoler las ruinas, pero nunca se llevó a cabo dicha decisión y, finalmente, se encargó al arquitecto C.F. Hansen la tarea de "resucitar" el palacio Christiansborg. Cuando empezaron las obras en la capilla del palacio en 1813, los cimientos y mampostería existentes fueron aprovechados al máximo. Al igual que el palacio principal, el segundo Christiansborg, el templo fue construido en el estilo neoclásico de esa época con un interior central de iglesia abovedada.

La capilla fue inaugurada el 14 de mayo de 1826, domingo de Pentecostés, con un oficio conmemorativo para celebrar el 1.000º aniversario de la introducción del cristianismo en Dinamarca. Desde entonces, hasta 1926, el templo sirvió como iglesia parroquial de la Familia Real y también de un exclusivo grupo de empleados de la Corte, artistas del Real Teatro Danés y funcionarios de varias instituciones culturales del centro de Copenhague. Una de las primeras principales ceremonias religiosas que tuvieron lugar en la capilla desde su restauración fue la boda del príncipe Federico, más tarde Federico VII, y la princesa Guillermina, hija de Federico VI. El enlace se celebró el 1 de noviembre de 1828 y a él siguió un banquete en el palacio para más de 700 invitados. Con ocasión de la boda, la Familia Real permaneció algunos días en el segundo Christiansborg, parcialmente reconstruido.