En cualquier caso, y como manda la tradición, la gran incógnita no será desvelada hasta el mismo día del bautizo y éste tendrá lugar, ha anunciado el gabinete de prensa de la Casa Real danesa el 21 de enero del próximo año en la capilla del palacio de Christiansborg (el Parlamento) el 21 de enero a las 11 de la mañana. Para entonces, sabremos el nombre del bebé, que ya habrá cumplido los tres meses de vida. Y para entonces, también, sabremos si la princesa Victoria de Suecia y el Príncipe Felipe de Borbón serán realmente los padrinos, tal y como se cuenta en el reino de Dinamarca o se trataba tan sólo de un rumor más. De momento, la Casa Real española no se pronuncia al respecto.
Un bautizo que rompe tradiciones
Aunque de momento no se sabe si el nombre del tercer nieto de la Reina de Dinamarca será elegido respetando o no la tradición, lo que si se sabe es que, éste será sino el más "viejo", uno de los más viejos cuando reciba las aguas bautismales. De hecho, remitiéndonos tan sólo a la última generación descubrimos que tanto el príncipe Federico como su hermano Joaquín recibieron las aguas bautismales cuando habían cumplido su primer mes de vida.
Asimismo, la elección de iglesia también resulta sorprendente ya que rara vez se ha utilizado en los últimos tiempos para actos relacionados con la Familia Real. El palacio de Christianborg fue la residencia real hasta que ardió en 1794, fecha en que la familia se trasladó a Amalienborg. La iglesia se reconstruyó entre 1810 y 1826, pero volvió a arder en 1884. Cien años después, en 1992, la cúpula se incendió durante un carnaval. En 1997 volvió a utilizarse una vez concluida la restauración con motivo del 25 aniversario del reinado de Margarita. Finalmente, como lugar señalado para un hecho histórico, en el año 2000 fue el lugar elegido para instalar la capilla ardiente de la reina Ingrid.
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