El interés por Dinamarca se ha disparado gracias a la boda de los príncipes Federico y Mary. La pareja ha supuesto una inmejorable publicidad para el país en todos los ámbitos: el turismo ha experimentado un crecimiento único, el interés de la prensa internacional ha sido excepcional y las exportaciones danesas han conquistado mercados como el australiano... Tal ha sido el eco del Reino danés desde las nupcias de sus Herederos que ya se habla del Efecto Mary.
El éxito ha sido total de puertas afuera, pero, sobre todo, de puertas adentro. Para la Casa Real danesa el triunfo de la pareja ha sido valiosísimo. En su opinión, los Príncipes no podrían haber servido de mejor manera a la Monarquía y han sido decisivos a la hora de crear la opinión favorable que los daneses tienen de su Familia Real. Como relaciones públicas han sido, a lo largo de este primer año de matrimonio -se casaron el 14 de mayo de 2004-, un activo inmejorable.
Su popularidad es comparable a la de las estrellas de rock. Sobre todo a raíz del anuncio de su próxima paternidad. Reciben 30 cartas diarias de daneses entusiastas y cada vez que aparecen en público se llenan las aceras de conciudadanos ansiosos de saludarlos. Especialmente a la futura Reina de Dinamarca, que ha sabido ganarse desde el primer momento el corazón de los daneses.
El relevo de Diana de Gales La [princesa Mary] ha conquistado a todos. Por su belleza, por su naturalidad, por su enorme capacidad de trabajo... De hecho, pese a su embarazo, la Princesa ha seguido desarrollando, tal y como anunció en su día, sus compromisos oficiales... Uno de los últimos tuvo lugar la víspera de su primer aniversario de casada, en el barrio de Vesterbro, en Copenhague, donde en calidad de Presidenta de honor de la Fundación de Psiquiatría se reunió con un grupo de alumnos de octavo curso del colegio de Enghave Plads. Durante casi una hora charló con los chavales sobre temas como la anorexia, la bulimia, las depresiones y otras enfermedades psíquicas.
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