Una boda histórica 'coronada' por las mejores joyas de la realeza

Por hola.com

Carolina de Mónaco, una de las primeras invitadas reales en llegar al templo en el que ha tenido lugar el enlace, coronó su elegante vestido en tono oscuro con una impresionante pieza de platino y brillantes que perteneció a la duquesa Victoria Luisa, la abuela de su esposo, el príncipe Ernesto de Hannover. Victoria de Prusia se casó con Ernesto de Hannover en 1913 y murió en 1980. En su matrimonio tuvieron cinco hijos entre ellos: Ernesto de Hannover (padre del actual esposo de la princesa Carolina); y Federica, la madre de la reina doña Sofía. La princesa, que podía haber elegido entre algunas de las tiaras de su propia colección, ha preferido en esta ocasión lucir la espectacular tiara de los Hannover porque, en esta ocasión, ha acudido como esposa de Hannover y no como princesa de Mónaco.

La princesa Astrid lució en la boda de los príncipes daneses una tiara de diamantes con un diseño de hojas y bayas. Se trata de una joya de la familia Savoy-Aosta, propiedad de la princesa Margarita, suegra de la princesa Astrid de Bélgica, y cabeza de la rama austriaca oriental de la familia Habsburgo. La tiara pertenecía originariamente a la princesa Ana d'Orleans, esposa del Duque Amadeo de Aosta y madre de la princesa Margarita.

Ana María de Grecia ha lucido en la boda del príncipe Federico y la princesa Mary una tiara de esmeraldas de cabuchón, conocida como la Diadema de la reina Olga -sobrina de los Grandes Duques de Rusia-. Una joya, realizada para la reina Elizabeth, que la suegra de la reina Ana María, la reina Federica, usó como gargantilla. A juego, llevaba los pendientes, un impresionante collar con tres esmeraldas en forma de lágrimas y un broche.

La única representante femenina de la Familia Real inglesa, la condesa de Wessex, ha querido lucir en Copenhague la misma diadema de diamantes que la soberana la ofreció como regalo de boda y con la que dio el "sí, quiero" a su marido, el príncipe Eduardo de Inglaterra. La joya, formada por tres volutas montadas al aire, fue diseñada y remodelada por el joyero de la corona, David Thomas en Asprey y Garrard, de la prestigiosa firma joyera Garrad's. El mismo que creó las dos joyas que el príncipe Eduardo diseñó para su esposa como regalo de boda: una cruz de perlas negras sobre una hilera de perlas blancas a juego con unos pendientes. Y el mismo también que realizó, para mantener la tradición real, sus anillos de boda.

Marina Doria de Saboya, esposa de Vittorio Emanuele, acudió a Copenhague con una amplia corona de diamantes y perlas que perteneció a la Reina Margarita y que ésta le regaló el día de su boda. Sin duda, en enlace del heredero danés era una ocasión perfecta para lucirla.

Diamantes, rubíes, zafiros... y otras muchas piedras preciosas que han sido, una vez más, testigos directos de un enlace que pasará a la historia de las casas reales europeas.